Comisiones Parlamentarias 


2017, 5 de Abril -Comisión Salud - Versión taquigráfica -

(Ingresan a Sala los representantes de la Asociación de la Comunidad Hepatitis C Uruguay). 

–La Comisión de Salud Pública agradece la comparecencia de los representantes de la Asociación de la Comunidad Hepatitis C, a su presidente, Jorge Adán Torres, a su secretaria, Victoria Izquierdo, a su vicepresidente, Carlos Falco y a las fiscales Patricia Amaral Gómez, Cecilia Del Carmen Pérez y Nery Gardela.

SEÑOR TORRES.- Dado el poco tiempo con el que contamos para exponer nuestra realidad, haremos entrega a los señores senadores de documentación pertinente que le dará mayor sentido a la declaración que a continuación daremos en nombre de toda nuestra asociación y que avala el trabajo realizado en los últimos años. Allí encontrarán información suficiente sobre las gestiones iniciadas ante la Institución Nacional de Derechos Humanos, respuestas por parte del Ministerio de Salud Pública y denuncias realizadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Nuestra asociación reclama a las autoridades de nuestro país que hagan visible la realidad de esta enfermedad, que afecta a 1 de cada 12 personas a nivel mundial y que posee tasas de mortalidad mayores que las del HIV pero que por razones económicas se pretende ocultar.

            El primer punto es que se reconozca en toda su extensión el derecho a la salud y el derecho humano individual, como es ratificado por ley y por tratados de derechos humanos internacionales firmados por nuestro país ante las Naciones Unidas, luego de que el 5 de febrero de 2013 el Estado uruguayo realizara el depósito del instrumento de ratificación del PF-PIDESC, Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que entra en vigor el 5 de mayo de 2013.

            En segundo término, y como consecuencia del primero, aspiramos a que todos y cada uno de los afectados por hepatitis C sean candidatos a tratamiento, tal como lo expresa la OMS, por tratarse de una epidemia contemplada dentro de los proyectos de estrategias mundiales contra las hepatitis víricas, 2016-2021, que recomiendan enfáticamente que los Estados y las sociedades civiles participen para erradicar esta enfermedad.

            El tercero, y no menos importante, es el derecho a saber, a la información pertinente con respecto a la salud. Es sabido que entre un 2 % y un 3 % de los uruguayos puede estar infectado con el virus de la hepatitis C, pero más del 95 % de ese sector de la población desconoce estarlo. Y cuando mencionamos la hepatitis B, quizá la tasa sea muy superior. La máxima fundamental en salud, que es la prevención, ni siquiera nos contempla. El Ministerio de Salud Pública no es capaz de brindar un número de personas afectadas en nuestro país, ya que no existen controles sanitarios para esta enfermedad en Uruguay, por lo cual muchos pacientes terminan inexorablemente en un trasplante hepático al ser subdiagnosticados o falleciendo sin conocer el origen de su patología. No existen en la actualidad mecanismos de detección más allá de los que se generan por los bancos de sangre.

            En la 67.ª Asamblea de la OMS se insta a los Estados miembros a que elaboren y apliquen estrategias nacionales multisectoriales coordinadas, basadas en el contexto epidemiológico local, para prevenir, diagnosticar y tratar las hepatitis víricas; a que promuevan la participación de la sociedad civil en todos los aspectos de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las hepatitis víricas; a que consideren, cuando sea oportuno, la utilización de mecanismos para hacer uso de las flexibilidades previstas en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio con el fin de promover el acceso a productos farmacéuticos específicos, y a que consideren, siempre que sea necesario, la utilización de medios administrativos o jurídicos con el fin de promover el acceso a las tecnologías de prevención, diagnóstico y tratamiento de las hepatitis víricas.

            La Comunidad Hepatitis C Uruguay, como asociación civil, ha arribado a la conclusión de la necesidad de poner en práctica los lineamientos dictaminados por la OMS, por lo que ha elaborado mecanismos para que en nuestra asociación podamos llevar a cabo los distintos requerimientos expresados. La asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay ha logrado sortear, con gran dificultad, toda una serie de inconvenientes a la hora de acceder a tratamientos para los afectados, acogiéndonos a la importación mal denominada «de medicamentos de uso compasivo», actividad que continuaremos realizando en tanto no se encuentre una solución definitiva por parte de las autoridades para resolver los requerimientos de este sector de la población. En este sentido, nos hemos abocado a lograr la accesibilidad para todos los afectados que así nos lo soliciten, creando acuerdos en plaza para la realización de los análisis médicos que se requieran y creando acuerdos a nivel nacional e internacional para el acceso a medicamentos, generando un precedente. Nuestra asociación ha logrado acuerdos para que determinados exámenes obligatorios tengan un costo reducido de un cincuenta por ciento y ha logrado la adquisición de medicinas a costos sumamente accesibles que son treinta veces menores a los de los medicamentos que se venden hoy en el país. Por lo tanto, nuestra asociación solicita el registro de dos o tres medicamentos no patentados en el Uruguay y que pueda hacer uso del artículo 60 del acuerdo sobre los Adpic, de la Organización Mundial del Comercio. De conformidad con el artículo 60, la mayoría de los países permite alguna forma de importación de medicamentos personales. También exigimos que se nos facilite el ingreso de donaciones de distinto carácter que nos ofrecen otras organizaciones internacionales con las que hemos generado alianzas para realizar las campañas de detección e información a la población, terminando de una vez y para siempre con el silencio que existe en torno a esta epidemia. De acuerdo con el momento en que se detecte, determinará o no la cura total de la persona.

            Hemos cumplido con la obligación de trasmitir esta realidad esperamos haber aportado los suficientes elementos para que esta comisión pueda estudiar y trabajar este tema en profundidad, dándole la trascendencia que merece.

Como asociación civil de pacientes esperamos que entiendan la urgencia que para muchos de nosotros tiene que se aborde este tema que pone en juego la vida. Confiamos en que con su pericia encuentren rápidamente una solución y que se involucren en una especie de diálogo nacional, integrando a las demás instituciones que participan de esta situación. De lo contrario, déjennos actuar a nosotros y dennos libertad.

SEÑOR PRESIDENTE.- Les agradecemos muchísimo la visita. La presentación escrita está más que clara. Habitualmente –de hecho nos ocurrió esta misma tarde con otra delegación– la comisión tiene limitaciones en temas que son de resorte de otros ámbitos del Estado, pero tenemos la posibilidad de escucharlos y trasladar los planteos.

            Los reclamos centrales que ustedes hacen son dos. Uno es el registro de dos medicamentos y eso legalmente es resorte estricto del Ministerio de Salud Pública, y el otro es el tema de las donaciones para la importación de medicamentos de uso personal. Con respecto al primer punto quiero saber si ya se comunicaron con el Ministerio de Salud Pública.

SEÑOR TORRES.- Sí.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Y con respecto a esto qué les dicen?

SEÑOR TORRES.- Dicen que hay que estudiarlo y que los acuerdos que mencionamos pueden o no dar soluciones, pero no hay nada claro ni definido.

SEÑOR PRESIDENTE.- A través de secretaría le vamos a enviar este material al Ministerio de Salud Pública. Cuando los recibamos el día martes le vamos a pedir una respuesta.

SEÑORA IZQUIERDO.- La realidad actual es que existen medicamentos que están en el país a un costo altísimo y los pacientes no pueden acceder a ellos. Esa medicación se incorporó al fondo pero está sujeta a un protocolo tan exigente que solo alcanzan a ella pacientes con un grado 4, según el daño hepático que esta enfermedad produce. Esta enfermedad se mide según el daño hepático produce, y va de la fibrosis 0 a la grado 4, que es cuando ya no hay vuelta atrás. Esos son los pacientes que tienen acceso, pero nadie quiere llegar a ese nivel de enfermedad para poder acceder al medicamento. Entonces, lo que sucede es que la población en general no accede.

            Nosotros hemos encontrado una vía por la cual podemos ingresar medicamentos que no están patentados en el Uruguay, de modo de ir solucionando los problemas de la gente que se nos va acercando, que tienen problemáticas importantes, ya que tienen otras patologías más allá de esta.

            Entonces, ya que el Estado no puede resolver el problema, que sería lo ideal, nos parece importantísimo poder participar activamente para lograrlo nosotros. De hecho, es lo que venimos haciendo y nos da muchas satisfacciones.

            También quiero decirles que les vamos a dejar un material en el que se detalla todo el camino que hemos andado: oficio de la Institución Nacional de Derechos Humanos, de 30 de diciembre de 2016, sobre un expediente que se inició en 2014 con denuncias de los pacientes afectados por esta enfermedad; la carta dirigida al ministro Jorge Basso, de noviembre de 2016; la contestación que el ministerio da al Institución Nacional de Derechos Humanos, del 12 de enero de 2017; nuestra respuesta, con más reclamos, y el informe de la audiencia temática regional sobre la falta de acceso a medicamentos donde presentamos denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de diciembre de 2016.

SEÑOR PRESIDENTE.- Cuando venga el ministro, se lo vamos a plantear y les haremos llegar la versión taquigráfica, no bien la tengamos.

SEÑOR TORRES.- Hay otro aspecto importante tiene que ver con la información. Nosotros consideramos que ustedes tienen esa potestad de informar a la población; no es necesario que el ministerio intervenga, pero no se viene haciendo y, en definitiva, el 95 % de los afectados desconoce que tiene la enfermedad, lo que es importantísimo.

SEÑORA IZQUIERDO.- Como expresamos en el tercer punto de este material, no existe ningún tipo de campaña en el país para la prevención. La detección se realiza únicamente cuando la persona va a donar sangre y, en general, los posibles pacientes no van a donar sangre, como los que se hacen tatuajes o piercings o que tienen adicciones. Entonces, ese método que existe para poder detectar la enfermedad ni siquiera es el más confiable y la gente no se entera de que tiene la enfermedad hasta que está en estados avanzados. Entonces, me parece fundamental que se empiece a trabajar en el área de detección precoz.

SEÑOR TORRES.- Estamos en medio de una epidemia silenciada que lleva más de veinte años y no se nos permite acceder a muchas donaciones que nos permitirían tener equipos –que hoy en día solo son utilizados por el Hospital de las Fuerzas Armadas y la Asociación Española–, que cuestan miles de dólares, para que el paciente que no tiene dinero pudiera acceder gratis, lo que no es un tema menor.  Son equipos caros y habría que buscar la forma de que todos pudieran acceder a ellos.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entonces, quedamos así y nos mantenemos en contacto. 

      (Se retiran de sala los integrantes de la Asociación Comunidad Hepatitis C).


1º  de Setiembre 2021- Comisión Derechos Humanos Cámara Representantes. VT


Comisión de Derechos Humanos

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ASOCIACIÓN COMUNIDAD HEPATITIS C

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Versión taquigráfica de la reunión realizada el día 1º de setiembre de 2021

(Sin corregir)

Presiden:

Señor Representante Nacional, Oscar Amigo Díaz (Presidente) y señora Representante Nacional, Ma. de los Ángeles Fajardo (Vicepresente).

Miembros:

Señora Representante Verónica Mato.

Invitados:

Señor Presidente de la Asociación Comunidad Hepatitis C, Jorge Adán Torres; señora Secretaria de la Asociación, Victoria Izquierdo y señor director del Departamento de Farmacología y Terapéutica de la Universidad de la República, profesor doctor Gustavo Tamosiunas.

Secretaria: Señora Ma.Cristina Piuma Di Bello.

Prosecretaria: Señora Lourdes E. Zícari Rivero

10 ejemplares

========= I I =========

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS

(Reunión del día 1º de setiembre de 2021)

(Asiste una delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay)

SEÑORA PRESIDENTA (María Fajardo Rieiro).- Habiendo número, está abierta la reunión.

(Es la hora 12 y 40)

--Damos la bienvenida a la delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay integrada por el señor Jorge Adán Torres, presidente; la señora Victoria Izquierdo, secretaria; y el doctor Gustavo Tamosiunas, director de Farmacología y Terapéutica de la Udelar.

Están en su Casa, los escuchamos.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Soy secretaria de la Comunidad Hepatitis C. Primero, quiero hacer una introducción porque no todos conocen el tema.

La hepatitis C es una epidemia. En la actualidad es la mayor epidemia dentro de las enfermedades infecciosas, inclusive, ha superado al HIV. Históricamente en Uruguay el tratamiento para esta enfermedad la brindaba el Fondo Nacional de Recursos, y lo hacía en forma limitada porque se trataba de un medicamento que tenía efectos secundarios.

Hace cuestión de algunos años a nivel internacional surgió una nueva gama de medicamentos, los famosos antivirales de acción directa, que han revolucionado la situación de las hepatitis, sobre todo la C. Esto cambió la situación radicalmente, pues es un medicamento que cura la enfermedad. Es una enfermedad muy cruel que deriva en cirrosis y en hepatocarcinoma.

En Uruguay tenemos unas cuantas personas infectadas por el virus, más que de HIV.

Bueno, surgen estos antivirales a nivel internacional. Con estos antivirales, que son tan fabulosos y que curan, la gente se quiere tratar, y los Estados, a nivel internacional, comienzan a hacerse cargo de la erradicación de esta pandemia, porque también es una epidemia.

Con esa campaña de erradicación los países desarrollados, los países europeos, Estados Unidos, España, que hizo una muy buena campaña, empiezan a trabajar con los medicamentos originales de la mano de dos grandes multinacionales: Gilead y Abbvie. Hay una tercera, pero no la recuerdo.

En definitiva, estas multinacionales proponen un precio para la cura de la hepatitis C, que transforma estos medicamentos en medicamentos de alto costo, llegando a valer US$ 80.000 solamente uno de ellos; en los países desarrollados logran curarse

A su vez, estas grandes multinacionales brindan las licencias a países pobres ‑¡no vamos a dejar que los pobres se mueran!‑ para que puedan producir sus medicamentos genéricos.

Acá en Uruguay teníamos el virus, muchos en situación crítica, llegando a estadios de cirrosis ‑se sabe que la próxima etapa es el cáncer de hígado, inclusive, había otro tipo de manifestaciones que da el virus extrahepático‑, pero el Fondo Nacional de Recursos negaba la medicación. La opción que teníamos los pacientes era tomar ese medicamento de baja efectividad. Llegó un medicamento de alto costo a Uruguay y el Fondo lo empezó a dar, pero solamente a quien entraba en la lista de trasplantes, por una cuestión de lógica. Si se trasplantaba al paciente con hepatitis, tenía que estar curado, no podíamos permitir que se perdiera ese hígado. Entonces, se empieza a dar solamente a los pacientes en trasplante, excluyendo a todo el resto de la población de esa posibilidad, porque eran de alto costo.

Lo que nosotros podíamos hacer era pagarlo de nuestro bolsillo, que en esa época era inviable; acudir al consultorio jurídico de la Facultad de Derecho porque si no tenías recursos o eras una persona que ganaba menos de $ 30.000 te lo hacían gratis ‑me refiero a los juicios de amparo de Ceretta‑; o pagar un abogado por tu cuenta.

La cuarta opción era traerte la medicación genérica del exterior, que fue lo que nosotros hicimos. Los pacientes hacían la gestión ante el Ministerio de Salud Pública a través de una normativa ‑que, justamente, es algo que queremos discutir‑, y traían su propia medicación, avalado por un médico que firmaba esa importación. El Ministerio de Salud Pública daba el permiso.

Se curaron muchísimas personas, inclusive, en algún año se curaron más personas que las que curó el Fondo Nacional de Recursos. Recuerdo el caso de una señora que había perdido la vista y que eso no lo iba a cubrir el Fondo porque no estaba dentro de los requisitos de las manifestaciones hepáticas que daba. De todas formas, esa señora se curó.

En ese momento, después de toda esa experiencia, de traer tanta medicación y ver toda esa experiencia, empezamos a contar con el apoyo de la Academias y de los propios médicos que vieron los resultados. Ante esto empezamos a tocar puertas, estuvimos acá y en varios lugares pidiendo apoyo para todo esto. Nos tuvimos que mover solos.

Nosotros visitamos la Comisión de Salud Pública y justamente explicamos lo que íbamos a hacer si no recibíamos el apoyo por parte del Estado. De hecho, fue lo que hicimos. Nosotros dijimos: "Registremos un medicamento genérico". Y justo se dio la casualidad de que en el año 2017 estábamos en una red latinoamericana de pacientes ‑esto se ha conformado porque son los pacientes los que generan este impulso-, y una red de la Universidad de Colombia nos invitó a una cumbre que realizó la Organización Panamericana de la Salud con las multinacionales, en un acuerdo que hacía el gobierno de Brasil para comenzar la erradicación de la hepatitis en ese país.

Entonces, se firma un acuerdo entre la multinacional Gilead y el gobierno brasilero, y se hace una cumbre donde invitan a todos los países del mundo y a todos los laboratorios que producían estas medicaciones.

Nosotros fuimos invitados y ahí empezamos las negociaciones para trabajar en el registro de un genérico en Uruguay. Allí, en esa cumbre de la OPS y el gobierno brasilero conocimos a los laboratorios que producían esos genéricos.

Fue un trabajo muy arduo; registrar un medicamento en Uruguay lleva muchísimo tiempo, son muchos los requisitos; no se registra cualquier medicamento porque si falta algo, hay que cumplir con la normativa. Se nos exigieron muchísimas cuestiones, y si había que pagar algo y hacer algún análisis de laboratorio, había que hacerlo.

Cuando terminamos de registrarlo estábamos muy orgullosos del trabajo que habíamos hecho, porque sabíamos que habíamos traído un producto de calidad, como se dice comercialmente. Sabíamos que estábamos trayendo algo bueno para nuestro país. Inclusive, hasta nos propusieron producirlo acá. Para los químicos sería un sueño lograr que Uruguay se transforme nuevamente en un productor de estos medicamentos. Argentina produce los genéricos para la hepatitis. Somos el único país de la región que todavía no tiene una campaña nacional de erradicación.

Esto que está sucediendo ahora, a nuestro juicio, atenta contra todo el trabajo que hemos alcanzado. Se han puesto nuevos requisitos en el registro de medicamentos. Indudablemente, facilitan el trabajo para el Ministerio de Salud Pública y el departamento de medicamentos porque se ponen los estándares de manera tal que solamente determinados laboratorios, avalados por la OPS, pueden registrar. De hecho, la OPS está financiada por Gilead y por Abbvie para las hepatitis. Es decir, son las propias multinacionales las que financian a la OPS para la hepatitis. También lo hacen algunos laboratorios genéricos.

Entonces, nos encontramos con que en el año 2019 Uruguay firma un decreto, impulsado por una recomendación de la OPS, en que se establece que para hacer un registro de un medicamento genérico, las good manufacturing practices, GMP, las prácticas de buena manufacturación deben estar avaladas por órganos internacionales. Originalmente, esto estaba en manos del propio Ministerio de Salud Pública del gobierno que producía esa medicación.

En nuestro caso, el medicamento viene de un país que está colaborando en una campaña de erradicación en África.

Se plantean estos nuevos requisitos que para nosotros, en alguna medida, son movimientos de carácter internacional que condicionan a Uruguay no solo en esta medicación, sino en otros medicamentos genéricos para que no se puedan traer opciones para las personas. También se interponen determinadas cuestiones en el uso compasivo. A ese mecanismo que habíamos utilizado para traer medicamentos ahora se interpone que la forma de poder traerlo es a través de un laboratorio. La realidad es que los laboratorios no tienen tiempo y se oponen.

Ya nos ha sucedido con una fundación de niños con hemofilia, que no consiguen que un laboratorio les traiga el medicamento que ellos mismos quieren costearse, no le están pidiendo el listado. Inclusive, esas personas, esos pacientes que no consiguen que un laboratorio les traiga el medicamento, indefectiblemente van a terminar haciéndole un juicio al Estado

Esta es otra manera, es decir, que el propio paciente se traiga el medicamento.

Nos tomamos el trabajo de mandarles decreto. Lo que veníamos a manifestar aquí es nuestra posición con respecto a esto porque si no podemos reanudar el registro de estos medicamentos, que son tan efectivos y que han curado a tantas personas, cambiaría radicalmente nuestra situación.

No queremos volver a darle espacio a las multinacionales en esto porque cuando convocamos, fuimos y tocamos las puertas, nadie se hizo eco. En la actualidad hemos salvado muchas vidas que se hubieran perdido en ese proceso. Afuera de esta puerta hay personas que están con cáncer hepático, sin posibilidad de transplantarse, infectados con HIV. Esa gente no tiene posibilidades de salir de esa situación porque no se ha tomado a tiempo el tema.

Nos preocupa la falta de difusión sobre el asunto. Consideramos que se tiene que empezar a trabajar en una política nacional, inclusive, a nivel legislativo, como lo están haciendo el resto de los países. Las hepatitis víricas están incluidas e integradas dentro de las enfermedades infecciosas.

Les trajimos como ejemplo un trabajo que se está llevando adelante en Argentina para introducir una ley que integre toda esta problemática, que ya tiene muchos años y que queremos que se le de fin.

En cuanto a esta medicación, si no logramos que esto se flexibilice, nos vamos a ver en un brete. No queremos que vuelva a ingresar la OPS con un medicamento que tiene un valor mucho mayor que este. El medicamento original vale US$ 4.500, y por más que ahora haya medicación genérica que se puede traer, siempre se terminaría dependiendo del Fondo Nacional de Recursos. Ya no se trata de un medicamento de alto costo, sino que la idea es que pase a manos de los prestadores de salud, que sea un medicamento que se pueda comprar en la farmacia, por así decirlo. Si en esto damos un paso atrás, nos vamos a ver en un brete en el cual vamos a seguir presos de esa situación.

Otra cosa muy importante: cuando trajimos este medicamento regulamos el precio de comercialización en Uruguay, y todos los medicamentos que estaban por encima de este precio ‑US$ 500, US$ 700‑ tuvieron que bajarse o irse. O sea, no se lucró más con el medicamento de la hepatitis C. Ese es un avance.

Una crítica que personalmente tengo para hacerle al Fondo Nacional de Recursos -creo que todos acompañamos eso‑ es que tenía un presupuesto otorgado de US$ 800.000 para la hepatitis víricas, y bajó sustancialmente.

Cuando se registró el medicamento ocurrió algo fantástico: el Fondo Nacional de Recursos modificó la normativa y la amplió. La medicación ahora se les brinda a todas las personas que la necesiten. Se la da el Fondo de manera gratuita y se amplió la normativa para todos los uruguayos que tengan el virus. Eso es fantástico.

SEÑORA PRESIDENTA.- Esta información la vamos a llevar al ministerio. Creo que la diputada Mato estuvo leyendo el tema; el costo que tiene, la cantidad de gente que hay.

Creo que muchos de nosotros nos hicimos un análisis. Yo me lo hice.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Es verdad. Nosotros hicimos una actividad acá. ¿Por qué? Porque queremos visibilizar el tema

Esos datos que ustedes vieron y que están en el Ministerio de Salud Pública son de personas que si no son tratadas, a la larga, muchas van a terminar en una cirrosis y falleciendo. Esos datos están en el Ministerio. Pero también hay un montón de datos que están en las mutualistas, porque no notificaron.

Históricamente, las mutualistas no hacían la notificación obligatoria. Es decir, hay un montón de casos en forma paralela, que están en las mutualistas, más todo el subdiagnóstico que hay a nivel nacional.

SEÑOR TAMOSIUNAS (Gustavo).- Soy profesor de Farmacología y Terapéutica de la Facultad de Medicina de la Udelar.

Realmente es un tema muy complejo porque tiene muchas cosas técnicas y hace que sea difícil expresar todas estas cosas en un ratito.

A veces yo me pregunto qué es lo que está haciendo un profesor de farmacología acá, ¿no? Hay varias cosas.

Nuestro objetivo, como docentes de la facultad, es educar y permitir un uso adecuado y racional de los medicamentos. Es todo un tema muy complejo. Se requiere que los medicamentos que usemos sean de calidad adecuada, eficacia y seguridad, pero que haya acceso a ellos. De nada sirve contar con medicamentos de buena calidad si la gente no tiene acceso a ellos.

El acceso es todo un tema que, a veces, es muy difícil de expresar porque tiene connotaciones políticas, éticas, económicas, además de lo científico-técnico.

Si después se quiere ampliar o discutir algunas de estas cosas, lo hacemos.

Quería expresar que una de las puertas que tocaron los compañeros de la Comunidad Hepatitis C fue el departamento de farmacología, justamente para informarse sobre este tema de los genéricos. Se habla mucho de los medicamentos genéricos y como tiene una definición técnica, la gente no siempre conoce qué significa.

Los medicamentos genéricos, en el contexto en el que estamos hablando, tienen que ver con medicamentos que poseen la misma calidad química, farmacológica y toxicológica que el original. O sea que en el contexto que hablaba recién la compañera, cuando hablamos de que se prescriban medicamentos genéricos, nos referimos a medicamentos que tienen una eficacia, una seguridad y calidad iguales. La diferencia con los medicamentos originales, es el acceso.

Por lo tanto, los medicamentos genéricos ‑no solo acá, sino en los países desarrollados como los que forman parte de la Comunidad Europea o Estados Unidos, que es uno de los principales productores de medicamentos genéricos del mundo‑ no son para los países pobres. Podemos seguir hablando de este tema.

Medicamento genérico significa que no solo tiene un valor terapéutico similar y equivalente al original, sino que tiene un plus que permite el uso racional: el acceso a la población. Eso no lo tienen los medicamentos innovadores.

Los medicamentos para la hepatitis C ‑como decía la compañera‑ eran de alto costo. Nosotros, desde la Academia preferimos decir que son de alto precio. No hay medicamentos de alto costo. No existen medicamentos de alto costo. Como es una gran discusión tampoco voy a entrar en eso, pero costo significa ‑como ustedes lo saben‑ lo que yo tuve que gastar para producir un determinado producto; precio es lo que yo le pongo de acuerdo con lo que quiero ganar luego de descontados los gastos.

Por lo tanto, estos medicamentos eran, hasta hace poco, de alto precio o no éticos desde el punto de vista de su alto precio.

Cuando comenzamos a discutir sobre estas cosas con los compañeros de la Comunidad dije: "Hay que discutir este tema, ver si hay medicamentos realmente genéricos en el contexto en el cual estamos hablando".

Con respecto al decreto, me puse en contacto con el presidente de la Asociación de Laboratorios Nacionales y con distintos laboratorios nacionales porque traer y registrar un medicamento genérico no sería a través de la industria internacional. Fue muy difícil conseguir que un laboratorio se empapara en la temática, trajera, hiciera todos los trámites de registro necesarios ante el ministerio y cumpliera con algunas de las características que recién se comentaban: que el precio estuviera topeado. En el mundo, no cuando aparece, cuando está la amenaza de que puede empezar a haber medicamentos genéricos, el precio de lo medicamentos cae, por lo menos, un 30% o un 40%. Basta con que Uruguay amenace con decir que va a traer un medicamento genérico para que los medicamentos que están a US$ 50.000 por arte de magia bajen a US$ 30.000 o US$ 20.000

¡Ni qué hablar cuando se pone en marcha una política o se registra un medicamento genérico!

¿Por qué hago hincapié en esto? Porque la pequeña modificación de este decreto, que fue aprobado en diciembre de 2019 o en enero de 2020 ‑no recuerdo bien‑, al hacer depender la entrada a un laboratorio, sea por el uso compasivo o por los medicamentos no registrados, determina que dependa ‑en buen romance‑ de las ganas que tenga ese laboratorio de traerlo para acá

O sea, es toda una problemática que atravesamos; fue muy difícil y por eso estamos acá. Hay un lado que aparentemente uno dice: "Está bueno esto, porque está la garantía de un laboratorio", pero acá el laboratorio no garantiza nada. Acá el laboratorio dice: "Sí, yo me hago responsable. Y cobro por eso".

Por lo tanto, empiezan a aparecer las distintas cuotas mayores.

El otro aspecto que me parece muy importante es que era casi obvio, hasta que no llegaran estos medicamentos, que el Fondo Nacional de Recursos, que es un excelente invento uruguayo, costeara el tratamiento en etapas muy avanzadas de la enfermedad por el altísimo precio que ellos tenían. Cuando esto cae porque el precio es realmente accesible ‑estamos hablando de un tratamiento total de menos de US$ 500, aproximadamente, que lleva a la curación de los pacientes, a diferencia de otros tratamientos para la hepatitis o el sida, que lleva a que el paciente crónicamente el resto de sus días tenga que usar esa medicación‑, desde el punto de vista ético, si consideramos la salud como un derecho, no puede haber treinta mil o cuarenta mil ciudadanos uruguayos que probablemente tengan el virus de la hepatitis C.

En mi práctica clínica ‑aparte de estar en la facultad y ser farmacólogo, soy cardiólogo‑, cuando aparecen medicamentos para la hipertensión, basta que venga un paciente a verme, le tome la presión y encuentre que tiene una presión elevada; en este caso no espero a que haga un accidente cerebrovascular, un infarto o una insuficiencia renal para empezarlo a tratar, porque una vez que se le diagnostica, hay que tratarlo.

La Organización Mundial de la Salud ‑no solo la OMS, sino también diferentes asociaciones internacionales‑ ya ha definido que una vez que se diagnostica la hepatitis hay que tratarla, por todo lo que se ha hablado acá. Eso es prácticamente imposible en nuestro país al ritmo y en las condiciones en que se está desarrollando. Por eso estamos aquí ante este tipo de discusiones. Tenemos formas de diagnosticar, tenemos tratamientos adecuados, pero en las condiciones en las que esto se va desarrollando, probablemente, el acceso a los medicamentos para tratar la hepatitis sea otra vez una utopía.

La OMS ha invitado a los países a que para el año 2030 se erradique la hepatitis C a nivel mundial ‑lo que se ha podido hacer con muy pocas enfermedades, como la viruela‑, porque es posible hacerlo, pero al ritmo que tenemos acá ni en 2030 ni en 2130 vamos a poder lograrlo.

Quería hacer esas pequeñas precisiones porque me parecía bueno empezar a comentarlas.

SEÑOR ADÁN TORRES (Jorge).- Como decía Victoria, si no nos centramos en lo que ha pasado no vamos a terminar de comprender la magnitud de la situación y la gravedad de lo que está sucediendo hoy en día.

No sé si ustedes estuvieron en la Legislatura anterior. Desde el año 2014, nuestra asociación, que presentó una denuncia ante la Institución Nacional de Derechos Humanos por la falta no solo de medicamentos ‑los medicamentos son solo una parte‑, sino de información y de análisis de bajo precio, como dijo la compañera, en un montón de ocasiones vino al Senado y a la Cámara de Diputados. En ese momento, los políticos tenían una gran discusión en torno a los medicamentos de alto costo ‑como se llamaban‑, situación que resultaba imposible resolver. La oposición, en aquel entonces, exigía al Ministerio de Salud Pública que cumpliera con la entrega de esos medicamentos. A nuestro juicio, eso era imposible porque no podíamos sostener un medicamento de US$ 120.000, que era lo que terminaba costando, para poder tratar a un paciente.

El propio Ministerio de Salud Pública nos pidió ayuda en aquel entonces para ver si nuestra asociación podía hacer algo para resolver ese problema. Y lo hicimos; entramos en una cantidad de gestiones y de relacionamientos para poner ese medicamento a bajo precio en nuestro país.

Hoy la situación está invertida. Los que en aquel entonces exigían que el Ministerio de Salud Pública pagara un medicamento a US$ 120.000, hoy no lo están haciendo con un medicamento de US$ 500.

En 2017, la Institución Nacional de Derechos Humanos emitió una resolución con respecto a nuestra denuncia, dándonos la razón. Sin embargo, tanto en 2015 como ahora, en 2021, no se ha terminado con esa violación de derechos humanos.

Creo que esta Comisión tendría que hacer hincapié en este tema. No sé si la resolución está por ahí, si la han recibido. Hoy en día tenemos medicamentos baratos. En aquel entonces no había test de diagnóstico baratos. Nuestra asociación los puso arriba de la mesa para que se pudiera cumplir con la erradicación. Seguimos los mecanismos de la OMS, tal como lo dijeron; cumplimos con todas las medidas que el Ministerio de Salud Público solicitaba. En aquel entonces se podían tratar cuarenta personas. Hoy en día, ¿saben cuántas tratan? Cien o ciento veinte por año, pero con una diferencia: antes hablábamos de un medicamento de US$ 40.000 o US$ 50.000 y hoy de un medicamento de menos de US$ 600; antes, se gastaba US$ 1.000.000 y hoy se gastan US$ 80.000, como mucho, en el Fondo Nacional de Recursos. Esos US$ 700.000 u US$ 800.000 que el Fondo Nacional de Recursos se ha ahorrado en este tiempo no han sido invertidos o reinvertidos en la erradicación de esta enfermedad, sino que ahora e, inclusive, en el mandato anterior, desde el Ministerio de Salud Pública se plantean estos nuevos decretos que no hacen diferencia. Porque si usted me dice que un laboratorio trabaja para la OMS para la erradicación de la hepatitis C en África, ¿no puede trabajar en Uruguay? ¿Los africanos son diferentes a los latinoamericanos?

Me parece, como explicaba el doctor, que acá hay como una intención de ir separando y que aquellos que perdieron el mercado por ser abusivos lo quieren volver a retomar.

Entonces, si una asociación que trabajó siete años y que invirtió mucho no es reconocida por su trabajo, que ha beneficiado enormemente al país y, sobre todo, ha beneficiado enormemente a los pacientes, y hoy no puede continuar con su trabajo, me parece que habría que poner un...; no sé cómo llamarlo, pero los propios diputados, los propios senadores tendrían que estudiar este tema en profundidad y resolverlo porque no podemos permitir que se nos quite lo que hemos logrado. Y lo que logramos es un derecho; el derecho que tenemos los pacientes a resolver nuestros problemas porque el Estado durante siete años no los pudo resolver. Los privados tampoco lo pudieron resolver. Tuvimos que ser los pacientes los que lo resolviéramos.

Entonces, creo que todos estamos de acuerdo con que se debería dar la oportunidad que hemos pedido durante tanto tiempo de dejarnos manejar esta situación. Yo sé que es feo para el que está del otro lado, o sea, para el Estado, para el ministro de Salud Pública, dejar en manos de una sociedad civil la solución de un problema tan grave como es la salud, pero las evidencias están arriba de la mesa. Y creemos que es el momento; tenemos todo. Nuestra asociación tiene gente capacitada, trabaja con los mejores a nivel médico, no solo con el doctor Tamosiunas, sino con la gente del Hospital Militar, el centro de trasplantes, la Cátedra de Gastroenterología. Hemos formado un equipo para ir avanzando en el tema de la solución de este problema, pero las trancas han sido muchas desde el primer día. Y no queremos más estar en una situación de dependencia con respecto a quien hoy, por política, cambia lo que fue hace cinco años y dentro de cinco años va a cambiar de nuevo. Entonces, estamos a merced de quien esté gobernando en el momento o del interés económico que esté presente en el momento. No queremos que eso siga siendo así.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Lo que él dice es cierto: los gobiernos pasan y las sociedades civiles permanecemos.

Nos hubiera gustado que antes de llegar aquí nos hubiese recibido el Ministerio de Salud Pública, el ministro de Salud Pública.

Es cierto que nosotros venimos haciendo nuestras propias campañas de actividad y de erradicación; la iniciamos en Canelones, con el gobierno de Canelones, y ahora la trajimos a Montevideo y también estamos haciendo una actividad en otro departamento para poder trabajar en esta temática, en tanto esto no se resuelve desde el punto de vista estatal.

Es cierto que cuando asumió la nueva gestión de gobierno enseguida nos pusimos en contacto con la doctora Diverio, con quien estamos trabajando; hicimos un trabajo en conjunto. La sociedad civil propuso la incorporación de todos los estudios de diagnóstico al PIAS, porque no están en el PIAS y si un paciente se quiere curar tiene que gastar $ 20.000 para poder acceder al tratamiento. O sea que hay otra barrera. Hoy en día, cuestan más caros los estudios de diagnóstico que el propio tratamiento.

Entonces, estamos trabajando con la doctora Diverio, que es la directora del ITS del Ministerio de Salud Pública. Pero en una situación tan dramática como esta venimos demandando una reunión con el señor ministro para poder ver de qué manera se puede derogar este decreto o encontrar flexibilizaciones. Nos hubiera gustado tener una reunión con el ministro antes de venir acá, pero todavía no la hemos logrado concretar, porque nosotros necesitamos saber dónde estamos parados con esto.

SEÑORA PRESIDENTA.- Nosotros vamos a pedir una reunión con el ministro, para que ustedes se puedan reunir.

Personalmente, considero que tenemos un ministro muy capaz y también un sistema de salud muy capaz. Estamos saliendo de una gran pandemia con una excelente vacunación, con una excelente respuesta de la población. Debemos tener una reunión con ustedes y tratar de que esto sea una política de Estado, para que no pase lo que están diciendo, en el sentido de que estas cuestiones cambien cada vez que entra un gobierno. Esto lo podrán decidir de profesionales a profesionales ‑nosotros somos, simplemente, políticos‑, con más respeto, para que ambas partes sepan de qué están hablando. Sabemos que hace un tiempo el gobierno también se interesó por esta propuesta que ustedes hicieron, ya que esos estudios se pudieron hacer acá porque la vicepresidenta de la República autorizó o los invitó o los dejó o quiso o creyó en ustedes.

No sé si la diputada Verónica Mato quiere comentar algo con respecto al tema.

SEÑORA REPRESENTANTE MATO (Verónica).- Creo que la señora Victoria Izquierdo no había terminado de hablar. Prefiero que ella termine su intervención.

SEÑORA PRESIDENTA.- Lo que pasa es que no la escucho con el tapabocas.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Sí, es difícil hablar con el tapabocas.

Estaba en ese concepto, es decir, sería fundamental poder tener, como dice la presidenta, una reunión con el ministro. Ciertamente, la estamos pidiendo desde hace tiempo. Y entendemos perfectamente la situación de pandemia. Ellos nos recibieron antes de asumir la gestión de gobierno en Casa de Todos. Nosotros fuimos hasta con un proyecto de erradicación nacional. Llevamos un proyecto que lo armamos entre todos, pero desde que asumieron la gestión hasta ahora no hemos logrado volver a reunirnos, y tenemos esto entre manos, que es una gran preocupación para nosotros.

Lo que esta exigencia plantea es que esta medicación genérica tendría que ser evaluada por un órgano internacional. En realidad, no es obligación que el órgano internacional haga la evaluación; es una recomendación. Y el gobierno uruguayo tomó esa recomendación a rajatabla y la aplicó, cuando cada Estado tiene libertad para elegir cuáles son los contralores que quiere tener desde su Ministerio de Salud Pública. Y nuestro Ministerio de Salud Pública, en su Departamento de Medicamentos, tiene excelentes profesionales que perfectamente pueden hacer el trabajo de evaluar un medicamento genérico en su totalidad, como lo hicieron con este, sin tener que permitir que lo evalúe un tercero. Es cierto que le facilitaría tremendamente el trabajo al Ministerio de Salud Pública, pero esa facilitación del trabajo va en desmedro de nuestras necesidades y de las de otros pacientes que necesitan otros genéricos.

SEÑOR ADÁN TORRES (Jorge).- Además, es un medicamento que ya está siendo usado por el Fondo Nacional de Recursos con excelentes resultados.

Este medicamento que nosotros hemos registrado en el país está siendo utilizado desde el año 2018 por el Ministerio de Salud Pública y el Fondo Nacional de Recursos con excelentes resultados.

Inclusive, hay un estudio de la Cátedra de Gastroenterología que prueba el medicamento original y el medicamento genérico y no encuentra diferencias significativas entre uno y otro. No se trata de un producto nuevo, que está llegando ahora; es un producto que ya estaba. Entonces, no entendemos por qué esa reglamentación sacaría ese medicamento que se ha venido usando con gran confianza por parte de los médicos, además.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- En realidad, se interpone una exigencia, que es la siguiente: si la GMP (Good Manufacturing Practice), o sea, la norma de buena manufacturación, no es avalada por este organismo internacional ‑obviamente, son cuestiones internacionales‑, tiene que comprobarlo el Ministerio de Salud Pública enviando una comitiva que vaya al laboratorio de origen y lo evalúe allí. Ciertamente, para poder hacer el registro de este medicamento tuvimos que recurrir a un pequeño laboratorio nacional. Hablamos con varias empresas del mercado, que nos proponían un precio para colocar este medicamento en Uruguay, pero nosotros de ninguna manera lo aceptamos, hasta que encontramos este pequeño laboratorio que no quiso generar un gran sobrecosto ‑no sé cómo se dice‑, grandes ganancias sobre el medicamento, además, volcando beneficios a las actividades que se pudieran desarrollar.

Evidentemente, tampoco podemos pedir al laboratorio ‑porque esto es a costo del laboratorio‑ que asuma el costo de enviar a una comitiva a otro país a corroborar las buenas prácticas. Nosotros estamos muy tranquilos con el laboratorio que seleccionamos en el exterior porque lo encontramos, precisamente, en la cumbre que había organizado la propia OPS, de carácter internacional; o sea, fue a exponer como laboratorio de productos genéricos. Además, trabaja en una campaña de erradicación en África y es recomendado por otros profesionales médicos que hace muchísimos años trabajan en esta actividad en otros países en los que están haciendo erradicación. Nosotros tenemos médicos en el exterior, con quienes tenemos contacto. Toda esta red nos ha llevado, a lo largo de los años, a contactarnos con grandes personas, además de grandes profesionales ‑realmente, son grandes personas‑, que trabajan en otros países y que nos han ido recomendando los pasos a seguir. Por eso el país ha podido hacer esta experiencia tan valiosa.

SEÑOR ADÁN TORRES (Jorge).- Uruguay es el país de América y de Europa que más barato tiene el precio del medicamento. Ni siquiera Brasil ni Argentina tienen el precio que tenemos nosotros. Tenemos el compromiso con el laboratorio productor de este medicamento y de otros para la Hepatitis C de producir para Uruguay, en su país, lotes exclusivos para cubrir nuestras necesidades. Inclusive, está el ofrecimiento de la transferencia de tecnología. Todos saben que la transferencia de tecnología es muy cara. En Uruguay, la producción de un medicamento para la Hepatitis C u otros sería algo muy bueno para la economía. ¿Por qué? Porque ya hay otros países de América interesados en el medicamento que tenemos nosotros. Ha habido consultas desde Brasil, desde Colombia. Hemos enviado medicamentos a Colombia. ¿Qué quiere decir esto? Que este es un medicamento muy pero muy bueno y sería dañino perderlo.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Nuestra utopía ‑porque esto es un poco utópico a esta altura del partido‑ fue la siguiente. Cuando nosotros logramos este objetivo, en realidad, fue fantástico. Imaginen cómo nos potenciamos. Entonces, pensamos en replicar esta misma experiencia con otros medicamentos. Nosotros sabemos que no solamente la Hepatitis C es un problema es nuestro país. También tenemos el problema de la Hepatitis B y de otras enfermedades en las que podríamos incursionar de la misma manera que lo hicimos con esta. Pero, realmente, hoy en día estamos desganados, por todas las vicisitudes que vamos pasando, porque esto a uno lo cansa. Lo cierto es que en nuestro horizonte estaba esa idea. En su momento, como dijo el compañero, pensamos: "Bueno, podríamos traer la tecnología a Uruguay", y que se generara una industria en el país. Porque todo esto, a su vez, es industria nacional. Nosotros comprometimos a muchas personas en esto, no solamente a un pequeño laboratorio, sino cabezas, gente pensante atrás de todo esto, gente que asesoró; hay industria nacional, nuestra.

Por otro lado, pensamos que podríamos continuar con la experiencia, pero para eso, indudablemente, se necesita apoyo.

SEÑORA REPRESENTANTE MATO (Verónica).- Primero, quiero saludar a la delegación y agradecerle que haya venido. Somos nosotros los agradecidos porque la verdad es que yo no conocía este tema, las dificultades que están enfrentando con respecto a la hepatitis C, a la medicación.

(Ingresa a sala el señor representante Óscar Amigo Díaz)

--Considero que los políticos tenemos una gran responsabilidad en estos temas porque somos generadores de políticas públicas, y aquí estamos hablando de leyes, de temas que no son menores, como la salud.

Yo fui anotando algunas palabras, como precio, costo, negocio. Y estamos hablando de la salud y de la vida de las personas. Vemos cómo, lamentablemente, el derecho a la vida, a la calidad de vida se ve atravesado también por estas palabras, también por la palabra industria. Creo que, además, este momento de crisis, vinculado a la pandemia, como otros momentos de crisis, siempre sirve para generar oportunidades de rever ciertas prácticas o de ir para atrás. Acá también se notó, en la pandemia, el valor de los laboratorios, de las empresas que hacen las vacunas, que tienen tal y cual costo. Sin duda, también quedan enfermedades, como esta o como otras, sin tratamiento, por el costo de los medicamentos que, además, agudiza las brechas entre las personas. No tener acceso a estos medicamentos es terrible. Pienso en todas las personas que hoy, quizás, perdieron sus trabajos, están viviendo en situaciones precarias o están comiendo en una olla popular; si llegan a tener hepatitis C, me pregunto cómo pueden afrontar esa situación. Entonces, es como que la vida termina dependiendo del poder adquisitivo que uno tenga. Obviamente, el Estado tiene que resolver eso, más allá de la fuerza política que esté en el gobierno.

Simplemente, quería decir eso. Obviamente, planteamos la responsabilidad para con este tema, porque es un tema de derechos humanos, en el sentido de trabajar en conjunto en la Comisión para tomar las acciones para poder resolver esto. Lamento que no se hayan podido reunir con el ministro de Salud Pública, que no los haya podido escuchar, o con alguna autoridad de importancia en el Ministerio, porque no son temas menores. Estamos hablando de una población de entre veinte mil y treinta mil personas. Además, entendemos todo el trabajo que implica la educación para poder combatir esta enfermedad, para que no siga circulando. Así que el agradecimiento en ese sentido y, obviamente, el compromiso de trabajar sobre estos temas que tienen que ver con los derechos humanos, con el derecho a la salud.

SEÑOR TAMOSIUNAS (Gustavo).- Quiero hacer una pequeña precisión, sobre todo por lo que estaban hablando Jorge y Victoria, porque a veces hay cosas que al estar manejándolas uno las dice en forma natural y de repente no queda muy claro.

Me refiero a que en las condiciones en que actualmente esto se llevaría adelante por este decreto que se estaba comentando es altamente probable que el acceso también comience a caer nuevamente. Es altamente probable que se comprometa el acceso a estos medicamentos, porque al verse dificultada la disponibilidad de los medicamentos genéricos, quedamos nuevamente a merced de la política de precios de las industrias fuertes, de las trasnacionales. O sea que de esa manera el acceso cae y el precio sube. Nosotros formamos parte de equipos de trabajo vinculados a poner en marcha un plan de erradicación de la hepatitis, como decía Jorge. Están a punto de publicarse guías para el manejo de la hepatitis C) y B) de las que forman parte una gran cantidad de colegas, y que están auspiciadas por el Ministerio de Salud Pública. A veces parece que las cosas estuvieran medio desconectadas, pero esto que parece algo menor, que es una pequeña modificación en una reglamentación, realmente puede llevar a cinco a seis años atrás, cuando solo habían determinados medicamentos. Por lo tanto, el precio subirá, el acceso disminuirá y probablemente las políticas o los planes de erradicación no puedan llevarse adelante

SEÑORA PRESIDENTA.- Damos la bienvenida al presidente de la Comisión, quien había avisado que iba a llegar un poco tarde. Le reinteresa el tema, pero llegó un poquito tarde.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Quisiera decir algo por las dudas de que no hubiera quedado claro.

Nosotros tenemos esta dificultad en el tema de acceso. Hoy el medicamento es gratuito para las personas y eso era lo que queríamos alcanzar: que lo pudiera brindar el Fondo en forma gratuita. Lo que queremos hacer es que deje de ser de alto precio, que pueda pasar a las mutualistas y que estas lo costeen con el valor de un tique. Indudablemente, seguimos con el problema del acceso, como tú decías cuando aludías a las personas con bajo poder adquisitivo. La mayoría de las personas que se acercan a nuestra organización es porque están en esa situación; quien tiene poder adquisitivo se arregla, va a su médico y se soluciona la vida de otra manera. Desde la organización permanentemente estamos colaborando en todo lo que tiene que ver con el acceso al medicamento a través de los estudios de diagnósticos, que cuestan carísimos. Entiendo perfectamente ese punto de vista que manifestás, pero quiero aclarar que el medicamento hoy es gratis. Todavía tenemos que romper esa otra barrera del diagnóstico y tratar de resolver esto para que continuemos con esta situación actual, y no dar un paso atrás.

SEÑOR ADÁN TORRES (Jorge).- La importancia de defender a la sociedad civil en este caso es fundamental. No es que seamos los mejores del mundo, pero hemos dado una pelea y la hemos ganado. Así nos lo dijo el doctor Carámbula en ASSE: "Ustedes han ganado esta batalla, y esperemos que sean ustedes los que tengan que seguir adelante con este tema de la erradicación". Esperamos que el ministerio lo entienda de una vez por todas y nos dé el apoyo que necesitamos. Si ustedes van a conseguirnos esa reunión que hace un año y medio venimos solicitando, estaría bueno recalcar esto.

Muchísimas gracias por recibirnos. Confiamos en que logremos algo bueno de todo esto.

SEÑOR REPRESENTANTE AMIGO DÍAZ (Óscar).- Quiero pedir disculpas por no haber estado presente debido a una reunión que no podía postergar.

Quiero señalar que ya nos habíamos reunido con parte del grupo de colectivo Hepatitis C y que de alguna manera estábamos imbuidos de cómo iban a ser las consideraciones e inquietudes que ustedes iban a plantear.

Quiero plantear un par de cosas sobre lo que seguramente han estado conversado.

En primer lugar, sobre el decreto, que es muy importante; quizás haya alguna instancia con las autoridades del Ministerio de Salud Pública al respecto. Nos parece que vale la pena profundizar en la interpretación y en el alcance del decreto frente a la situación que están teniendo ustedes. Queda ese ámbito de intercambio, que se puede dar perfectamente, ya que es uno de los roles de la Comisión y del Parlamento, es decir, facilitar el diálogo y generar esa instancia con los argumentos y los insumos que tengamos.

Por lo que venimos trabajando desde que nos reunimos hace pocos días, entendemos que hay algunas ventanas por las cuales se puede conversar frente a la demanda que ustedes están teniendo y que vale la pena profundizar.

Por otro lado, está todo lo que planteaban sobre la difusión de la enfermedad, el tratamiento, la posibilidad de establecer algunas instancias de prevención a través de información, de campañas de difusión, que es otro dato importante en todo esto. También señalaban la posibilidad de hacerse algunos test, análisis y que sean mucho más masivos en el acceso para la población. Es otra pata importante.

Y en el caso de la atención tenemos lo que había sucedido en la policlínica patológica en el Pasteur, que es un tema que también ha tenido cierto nivel de retroceso, porque el grado de especialización que se necesita para esto es importante. Ellos nos señalaban que no es lo mismo la gastroenterología que la hepatología y la especialización para esto.

Entonces, por un lado tenemos el tema de la atención especializada necesaria y, por otro, la atención dentro del panorama del territorio, porque no es lo mismo la atención en Montevideo y el área metropolitana que en el interior. Allí también hay algunos problemitas que es necesario abordar por esta problemática que ustedes señalan.

Simplemente quería plantear tres o cuatro elementos como síntesis de lo que habíamos conversado muy bien con ellos, que para mí señalan algunas centralidades, pero seguramente ya los han desarrollado muy bien en la Comisión.

SEÑOR TAMOSIUNAS (Gustavo).- Con respecto a lo último que se comentó, quiero decir que así como se modificó el paradigma de medicamentos de alto precio con esto que estuvimos haciendo ‑y nos cambió a nosotros personalmente en lo que tiene que ver con la educación a los médicos‑, también esto cambia el paradigma de lo que significa la enfermedad

Lo que decía el señor diputado es cierto, es decir, en las condiciones actuales ‑o casi actuales‑ de tratamiento de la hepatitis C) se espera hasta que el paciente esté casi a punto de morirse y aquí sí se requiere personal altamente capacitado. En las condiciones que estamos planteando de acceso universal, no cuando se está en la última etapa, sino en una etapa de prevención, en la que solamente se es portador, todavía no aparece ningún tipo de síntomas y la curación es total, no se requiere una alta capacitación. Por eso es que el paradigma aquí cambia porque, por supuesto, aquí se rompen algunas chacras que también están establecidas ‑¿me explico?‑ con respecto a lo del Pasteur.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Nosotros hemos tenido un rol de ida y vuelta con el Fondo Nacional de Recursos desde hace muchísimo tiempo. Primero pidiendo a gritos ayuda para poder acceder a los medicamentos, y después resolviendo la situación. Y una vez que la resolvemos y empezamos a conversar con el Fondo Nacional de Recursos, este cambia las normativas.

La primera modificación importante fue cuando universalizó el tratamiento para todas las personas. En cada instancia que avanzamos se van modificando cosas. Esto de la especialización es un requisito del Fondo Nacional de Recursos porque tiene que haber un hepatólogo, un gastroenterólogo o un infectólogo, pero en etapas previas de la enfermedad no son necesarios. Una de las cosas que se está tratando de ver ahora es, precisamente, que exista esa modificación y esto se empiece a tratar desde la primera línea de atención, que pueda ser el médico general quien mande el tratamiento y no se lleguen a esas etapas.

Me parecía importante hacer esa pequeña apreciación.

(Se suspende la toma de la versión taquigráfica)

SEÑORA PRESIDENTA.- Agradecemos la presencia de la delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay.

(Se retira de sala la delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay.- Ingresa a sala una delegación de la Asociación de Defensores de Oficio del Uruguay)


1º de Junio 2022 - Comisión Derechos Humanos Cámara de Representantes .


XLIXa. Legislatura

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DIVISIÓN PROCESADORA DE DOCUMENTOS

Nº de 2022

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S/C

Comisión de

Derechos Humanos

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ASOCIACIÓN COMUNIDAD HEPATITIS C URUGUAY

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Versión taquigráfica de la reunión realizada el día 1° de junio de 2022

(Sin corregir)

Preside:

Señor Representante Carlos Testa (Presidente).

Miembros:

Señoras Representantes María Fajardo Rieiro y Verónica Mato y señor Representante Óscar Amigo Díaz.

Invitados:

Señoras Victoria Izquierdo, Elaine Núñez y Judith Varela y señor Jorge Adán Torres.

Secretaria: Señora Ma.Cristina Piuma Di Bello.

Prosecretaria: Señora Lourdes E. Zícari Rivero

5 ejemplares

========= I I =========

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS

(Reunión del día 1° de junio de 2022)

(Asiste una delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay, ACHCU)

SEÑOR PRESIDENTE (Carlos Testa).- Habiendo número, está abierta la reunión.

(Es la hora 12 y 40)

--La Comisión de Derechos Humanos da la bienvenida a la delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay, integrada por las señoras Victoria Izquierdo, Elaine Núñez y Judith Varela, y por el señor Adán Torres.

Cedemos la palabra a los invitados.

SEÑORA VARELA (Judith).- Buenos días.

Acompaño a la Asociación Comunidad Hepatitis C desde hace tiempo porque tengo familiares que han padecido esa enfermedad; me involucré hace un par de años en el trabajo intenso. Hoy vine acompañando a los directivos.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Buenos días.

Ya hemos estado aquí en oportunidades previas, cuando les trajimos algunas inquietudes que tenían que ver con ciertos derechos que sentíamos que estaban siendo vulnerados, por una gestión que habíamos hecho sobre la posibilidad de tener a disposición de las personas medicación genérica en Uruguay, y por unas normativas, que habían salido en su momento, que modificaban las ya existentes e interponían mayores dificultades a la hora del registro de medicación genérica en Uruguay. Como saben, muchas de las acciones que hemos logrado han sido en función de conseguir la medicación para curarnos.

También habíamos venido a denunciar otra normativa que impedía que los pacientes pudieran traer sus propios medicamentos del exterior porque, ante la nueva situación, debía interceder un laboratorio. Ese derecho, del que habíamos gozadodurante tanto tiempo ‑y por el cual nos hemos curado‑, ya no lo tenemos en Uruguay, a no ser que se interponga a un laboratorio, pero la experiencia indica que los laboratorios agregan un sobrecosto a los medicamentos, o no se interesan en hacer la importación; entonces, las personas se ven imposibilitadas de acceder a medicamentos no registrados en el país. Ya sabemos que Uruguay es un país pequeño, por el que los laboratorios grandes no se interesan porque no tienen la venta que pueden tener en otras poblaciones, y eso dificulta el acceso a la medicación. Aclaro esto para ponerlos en contexto del motivo por el cual habíamos estado en la oportunidad anterior; estuvimos muy alarmados y preocupados.

Hay una fórmula que encontramos para tratar de solucionar ese escollo que se nos había interpuesto ‑vamos a tratar de acatar la nueva normativa‑: si es necesario, viajará una comitiva hasta el país donde se producen estos medicamentos, con el fin de avalar su calidad, porque vamos a pelear y a defender lo que hemos logrado hasta ahora. Somos el único país de la región que tiene esta característica. No ha sido una situación sencilla; nos hemos visto amenazados.

No obstante, hemos venido avanzando mucho en todos estos temas; hace años que colaboramos con los pacientes con hepatitis C. Hoy venimos a ampliar y a sostener la demanda que iniciamos el 1° de setiembre del año pasado, con la pretensión de lograr un compromiso a nivel nacional, con el Ministerio de Salud Pública, en lo referente al abordaje de la hepatitis C.

Queremos excluir de plano el factor desconocimiento por parte del Ministerio de Salud Pública, del anterior y de actual, como problemática global. Se trata de un problema que ya está asentado; es un problema de salud a nivel nacional y en Uruguay nos vemos rezagados. Esto lo hemos manifestado en reiteradas oportunidades y, en particular, el 4 de febrero del año 2020, previo a la asunción del cargo del nuevo ministro de Salud Pública, también les dejamos un detalle sobre la situación actual, demostrando el incumplimiento que tiene Uruguay con los compromisos asumidos en el año 2016 en el combate contra las hepatitis víricas. Cuando uno mira al exterior, la hepatitis vírica está acompañada del resto de las ITS; el VIH, las hepatitis virales y la tuberculosis son infecciones que hoy en día van de la mano, y acá en Uruguay no hemos logrado integrarlas.

A su vez, encontramos que hay una omisión por parte del Estado uruguayo al no atender esta problemática, y ahora vamos a explicar por qué.

Dentro de las principales preocupaciones, resaltamos el incumplimiento de las recomendaciones que fueron vertidas por la Institución Nacional de Derechos Humanos en el año 2017. Fue una serie de recomendaciones ‑ocho en su totalidad‑; les vamos a hacer llegar nuevamente todo el material sobre este tema. La falta de cumplimiento de esas recomendaciones obligó a la sociedad civil a continuar trabajando, sin un apoyo real, más allá de que se le diera la declaración de interés ministerial al trabajo que realizamos. Ahora, tener una declaración de interés ministerial para una organización civil, en una materia tan grande y tan importante, no es suficiente, porque no contamos con ningún tipo de apoyo; más allá de la declaración, no tenemos apoyo de ninguna otra índole. En esa declaración de interés ministerial, según la Ordenanza N° 883, lo que se apoyó fue el programa Uruguay sin Hepatitis C.

Luego vienen tímidos e insignificantes intercambios, porque no hemos logrado llegar a acuerdos en donde podamos tener un intercambio con el Área Programática ITS‑VIH/SIDA con la que, en definitiva, queremos abordar estos temas. Por eso es que a través de un trabajo de acceso a la información pública, empezamos a tratar de interiorizarnos y comprender cuál podía ser la magnitud de la problemática en Uruguay. Vertimos toda esa información al propio Ministerio de Salud Pública. Nuestro compañero tiene algunas gráficas, que vamos a repartir, en donde queda en evidencia la cantidad de pacientes que actualmente tienen esta infección.

La infección del virus C es de notificación obligatoria. Hasta antes del año 2018, la obligación de notificarla correspondía al médico tratante. Esa notificación obligatoria, muchas veces, no se cumplía. En el año 2018, la sociedad civil logra, mediante la Institución Nacional de Derechos Humanos, que se comience a cumplir y que sea el laboratorio de análisis clínicos el que haga la notificación obligatoria y no el médico, que se rezagaba y no la hacía. Eso eleva dramáticamente la cantidad de notificaciones. Entonces, sabemos que dentro del Ministerio de Salud Pública obra un número de por lo menos tres mil quinientas personas con diagnóstico positivo de hepatitis C y otras cuatro mil con hepatitis B.

En esas gráficas también van a encontrar cuáles son las tasas de lo que el Fondo Nacional de Recursos cubre como tratamiento. Y también van a ver la correlación porque, previo al año 2019, a los pacientes se les daba el tratamiento solamente si estaban muy graves, con cirrosis o en lista de trasplante. Fue a través del ingreso de medicación genérica de bajo precio que la normativa cambia. El Fondo Nacional de Recursos amplía la normativa y se comienza a tratar a un número mayor de personas.

De todos modos, eso no es suficiente. Nosotros tenemos un reclamo con respecto a eso, y es que el ahorro que en su momento tuvo el Fondo Nacional de Recursos no se volvió a volcar a las hepatitis víricas, sino que se quitó. A pesar de ser un ahorro millonario, no se volvió a volcar a esto.

SEÑOR PRESIDENTE.- ¿Me permite hacer una consulta sobre esto?

Por lo que veo en la gráfica, la cifra de pacientes tratados ha ido aumentando levemente, diría. Advierto que sí han bajado tremendamente, si no me equivoco e interpreté bien la gráfica, los diagnósticos; han bajado muchísimo. ¿Eso es posterior a cuando se comenzó a facilitar la medicación?

(Diálogos)

SEÑOR TORRES (Adán).- La caída de los casos de diagnóstico se debe a la pandemia. Se triplicó el acceso al tratamiento en el momento en que cayeron los precios. Pero, claro, se gastaba US$ 1.000.000 en el año 2018 para cuarenta tratamientos, pero no se gastan US$ 80 en ciento treinta tratamientos. Ese es el costo del ahorro del Fondo Nacional de Recursos que decimos que no se reinvierte en el combate a esta enfermedad.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Como hacía mención, fueron tímidos e insignificantes los intercambios que hemos tenido con el Ministerio de Salud Pública. A modo de ejemplo, les dejamos todos estos datos de acceso a la información pública, en donde van a encontrar que hacemos una serie de consultas sobre cuáles son los proyectos, cuáles son los programas que tienen pautados, cuáles son las intenciones que tiene el Ministerio con respecto a esta patología, y entre las respuestas nos dicen que apoyan a un programa de radicación de hepatitis víricas, el programa Uruguay sin Hepatitis C que, en realidad, es nuestro propio programa y no del Ministerio de Salud Pública, y no encontramos participaciones directas. Nosotros hemos reclamado fervientemente algo fundamental: iniciar el tratamiento por lo menos para esas tres mil quinientas personas con diagnóstico positivo. Hoy en día sabemos que esos pacientes que no son tratados, progresivamente, van hacia la cirrosis y al hepatocarcinoma. Ante programas de erradicación, como existen a nivel mundial, tiene que haber una política, por lo menos para hacer la identificación de esos pacientes y darles la oportunidad de tratarse. Hicimos hincapié en el tema cuando estuvimos en la Intendencia de Montevideo, en una actividad del día 28 de julio del año pasado ‑o del anterior‑, y pedimos a la propia dirección de las ITS y al doctor Miguel Asqueta que, de alguna manera, lograran identificar a esas personas; sabemos que no son la totalidad, sino las que fueron notificados, y que dentro de las mutualistas hay un cúmulo de pacientes que no han sido notificados.

Cuando hablamos de la importancia de tratar a estos pacientes, lo hacemos porque dentro de nuestro colectivo nos encontramos con personas que, cuando llegan a nosotros, ya es tarde. Es espantoso tener que traer como ejemplo una situación particular, pero hoy nos acompaña Elaine, quien se contactó con nuestra organización hace más de cuatro años, porque había tenido un diagnóstico de hepatitis desde hace veintinueve años y se le había diagnosticado cirrosis hace ocho años. Desde el momento en que se le diagnosticó la cirrosis hasta la actualidad, en ningún momento se le propuso hacer un tratamiento antiviral para curar la enfermedad. Ustedes sabrán que la hepatitis C tiene cura: es un tratamiento que se hace con ciertos comprimidos y el paciente se cura, inclusive, pudiendo revertir la cirrosis.

Elaine se trataba en determinado centro de asistencia; logramos convencerla de que se cambiara a una cátedra dependiente de la Universidad de la República porque teníamos fe de que allí iban a poder abordar el tema de manera más multidisciplinaria. Pero cuando llega a esa etapa, hace unos cuatros años, nos encontramos con que ya era tarde; ya tiene un cáncer de hígado, pues la progresión de la enfermedad pasa por tener el virus durante determinada cantidad de años, después cursar una cirrosis y, eventualmente, terminar en un cáncer de hígado; eso es lo que sucede. Elaine es el ejemplo de lo que nos está pasando con muchos pacientes que se acercan a la asociación.

Por el intercambio que tenemos con los médicos, y por la progresión que ha tenido la enfermedad a lo largo del tiempo, podemos decir que esta enfermedad se descubre al mismo tiempo que se descubrió el HIV. Lo que pasó con el HIV es que fue inmediatamente tratado; a las hepatitis víricas, como enfermedades de larga evolución, se las fue posponiendo. Hoy en día nos encontramos a nivel internacional con que las tasas de defunción por hepatitis víricas superaron al HIV porque, como no han sido tratadas, el HIV se cronificó pero la hepatitis C aumentó su tasa. Eso nos está sucediendo aquí en Uruguay. Inclusive, trajimos material sobre estudios del Servicio Nacional de Sangre en donde se refleja que se trata de una población sesgada, porque el que va a donar sangre no es un paciente que tenga adicciones, se trata de trabajadores sexuales. En definitiva, es una población que se considera sana. No obstante, cuando uno va al Servicio Nacional de Sangre se encuentra con que por cada paciente que tiene HIV, hay tres pacientes con hepatitis C y tres pacientes con hepatitis B.

Todo esto ha sido un cúmulo de trabajos en los cuales no nos estamos viendo reflejados en la medida de lo que consideramos que debería hacerse desde el Ministerio de Salud Pública. Tenemos una serie de intereses y de reclamos con respecto a esto. A modo de ejemplo: le enviamos toda esta información ‑que imprimimos y adjuntamos‑ el día 17 de mayo del año 2021, advirtiendo sobre todas estas estadísticas y datos que, para nosotros, son abrumadores porque, detrás de esas tres mil quinientas personas que son notificadas, hay un número de personas sin notificar que todavía está en poder de las mutualistas y, además, está la población subdiagnosticada. Según observatorios internacionales y organizaciones de Latinoamérica y del mundo con las que venimos trabajando, anualmente están falleciendo cerca de doscientas cincuenta personas por hepatitis C que no están contempladas en ningún lado. En este momento se está empezando a hablar y a pensar en la posibilidad de volver a actualizar la ley de HIV y las hepatitis virales no están contempladas. En otras partes, como en Argentina, la están llevando adelante y es una ley integral; no se puede separar las ITS, y más cuando se trata de coinfecciones.

En el caso de lo que le sucedió a Elaine, ella pertenece a una institución referencia para tratamiento de infecciones, donde hay, calculamos, mil doscientas personas coinfectadas con hepatitis que no han recibido tratamiento. No lo decimos nosotros, lo dicen los académicos: cuando se da una situación de coinfección, la progresión de la hepatitis es mucho más rápida, y muchas veces los pacientes están negativizados de HIV y terminan muriendo por hepatitis C. Tenemos este vacío en Uruguay, que es lo que ahora venimos a manifestar.

Nos hemos cansado de pedir reuniones al Ministerio de Salud Pública; hemos tenido algunas, pero no hemos logrado el acercamiento que nos hubiera gustado. Sabemos que estuvo la pandemia de por medio, pero son cuestiones abrumadoras.

Estamos buscando ayuda y colaboración de todas las partes en este sentido. Gracias a ello incidimos en ASSE y logramos la apertura de un policlínico en el Hospital Pasteur para las personas que se estaban atendiendo en el Instituto de Higiene que no tenían a dónde ir ni cómo ser derivadas, y todavía no lo han sido. Tenemos casos de personas que están rehenes allí dentro desde hace tres años sin tratamiento. Un año sin tratamiento para un paciente con cirrosis es la diferencia entre la vida y la muerte.

Otro material que está adjunto en los documentos es el ejemplo de un acceso a la información pública que hicimos a ASSE, que revela que en un solo año ‑no estoy hablando de la cantidad de personas‑ 491 pacientes con hepatitis C pasaron por los servicios de ASSE, y solamente a 24 se les dio tratamiento. Esto sucede porque no hay una estructura para derivarlos a fin de que cumplan con el tratamiento.

Perdonen que vaya y venga con el material que traje.

Específicamente, lo que queremos comentarles es que se han compartido informes con las autoridades sanitarias que surgen, precisamente, de toda esta investigación de acceso a la información pública. Se solicitaron directamente al propio departamento de epidemiología. No reflejan la realidad de las personas infectadas debido al gran subdiagnóstico imperante pero, por lo menos, permiten identificar y correlacionar estos datos con los que obtuvimos, por igual mecanismo, con el Fondo Nacional de Recursos, lo que deja en evidencia la falta de acceso a tratamiento de las personas afectadas, con un dato para nada menor que ya comenté: desde 2018 suben los casos, porque fue la propia sociedad civil la que incide con la normativa y el Ministerio tiene que cambiarla. En definitiva, se lograron identificar 3.900 casos de personas con virus de hepatitis C y 4.492 casos de personas con virus de hepatitis B. Están las gráficas que muestran los diagnósticos con los casos tratados y un diagrama de torta en el que pueden ver la población que no ha logrado acceder a tratamiento.

En cuanto a las tasas de defunción ‑sí están contempladas en el Ministerio de Salud Pública‑, que superan ampliamente al resto de las infecciones de ITS, no existen registros en Uruguay por no declararse. También estamos trabajando en ello y es una preocupación de las organizaciones internacionales. Cuando uno solicita a Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud Pública la cantidad de pacientes que fallecen por hepatitis C en Uruguay, de repente, un año te contestan que seis pacientes. Según nuestras tasas, nuestros compañeros no son seis por año; o sea que, claramente, las cifras son otras.

De la alta mortalidad ocasionada por el virus y la falta de registro, no se está haciendo ninguna aclaración. Eso también es otra omisión: sobre esto hay que trabajar y cambiar toda una normativa. Tendría que haber un programa específico para que todo esto se cambiara.

Hay un informe internacional del observatorio de la Coalition for Global Hepatitis Elimination -trabajamos con organizaciones internacionales‑ que ubica las muertes anuales para hepatitis C en unas doscientas cincuenta. Eso, en un escenario de prevalencia en Uruguay de bajo a medio, por ejemplo, de 0,5 %. La prevalencia siempre tiene mucho que ver con los grupos de riesgo.

Aquí viene nuestro cuestionamiento. El virus de la hepatitis C actualmente es erradicable. Es la única infección humana que tiene cura, y representa un gran problema sanitario en cuanto a los costos para el Estado. Ayer compartimos una actividad ‑probablemente a todos les va a llegar una invitación porque se va a hacer la convención más importante de la cumbre internacional global sobre esta materia‑ y hablaban de un estudio que se hizo en Colombia, en el que se logró identificar que cuando el paciente es tratado, el ahorro para el Estado ronda los US$ 20.000 por paciente. Es más fácil, es más económico para los Estados, para las propias mutualistas, tratar al paciente ‑con lo que vale hoy el tratamiento‑ que permitir que se enferme.

Como decía, actualmente es erradicable, representa un problema sanitario en cuanto a los costos para el Estado y resulta más económico el tratamiento de la infección para el sistema de salud, además de la parte humanitaria, que está por encima de cualquier costo económico.

El argumento del alto precio de los medicamentos para tratar la infección, que supo utilizarse como excusa durante muchísimo tiempo, ya no es aplicable en la actualidad cuando su precio bajó dramáticamente de US$ 45.000 a menos de US$ 600, producto, como reiterábamos, de las acciones que tuvo que realizar la sociedad civil y que permitió tratar a múltiples personas. Esto solo porque no hemos logrado que las mutualistas, los proveedores de salud, o un programa de hepatitis víricas, hagan que se derive a todos los pacientes a tratamiento. Hemos logrado incrementar la tasa de tratamientos solamente tres veces más, cuando es fundamental que se trate a todos. Precisamente, en el mismo centro de salud donde se atiende Elaine tenemos esa problemática: a los pacientes no los derivan. Hay una concepción antigua del médico, que ya está totalmente desmitificada; hoy sabemos que no se puede esperar con la hepatitis. Antes, como no había tratamiento efectivo, se le decía a la persona que se fuera tranquila; que era una enfermedad de años de evolución.Pero eso fue hace veinte años. Hoy en día, esas personas son las que están muriendo y el médico tiene que hacer los estudios diagnósticos y prescribir el tratamiento. Además, actualmente, si no se hace, se considera mala praxis.

Pretendemos brindar el tratamiento, por lo menos a estas 3.500 personas. Hemos visto que los costos, hoy en día, comparados con los del covid, realmente no tienen parangón. Con los costos de covid de una semana, se podrían tratar las 3.500 personas que hoy en día están infectadas por este virus.

SEÑOR TORRES (Adán).- Con los costos involucrados en el covid durante una semana, se podría erradicar la hepatitis C en el Uruguay; lo digo para que tengan una idea.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- O sea, es cuestión de proponérselo; es cuestión de voluntad política. Nosotros no hemos logrado implementarlo.

Queremos dejar claro que no puede argumentarse, como nos ha sucedido en reiteradas oportunidades ‑hace poco tuvimos una reunión en plena pandemia‑ la falta de recursos. Pensamos que eso ya no es argumento y que hay que hacerse cargo de la vida de estas personas. Por eso es que estamos solicitando campañas de información pública e insistimos en la necesidad de la detección y el diagnóstico de las más de 20.000 personas portadoras del virus que desconocen su condición; esa es otra problemática.

Además, queremos aclarar que detrás de cada gestión que se ha hecho es la sociedad civil la que ha tenido que hacer estos impulsos. Ciertamente, nosotros estamos cansados de estar en esta lucha y reclamamos que de una vez por todas se nos brinde apoyo. Reitero que detrás de cada acción está la sociedad civil. Detrás de la existencia de la medicación en Uruguay estuvo la sociedad civil. Detrás de la flexibilización de los estudios de diagnóstico en el Uruguay estuvo la sociedad civil. Detrás de la modificación de la normativa por parte del Fondo Nacional de Recursos, que hoy les da a todos los pacientes la posibilidad de curarse, menos a los que llegan tarde, estuvo la sociedad civil. Detrás de la incorporación de los gobiernos departamentales a trabajar en esto, está la sociedad civil. Detrás de la invitación a los prestadores de salud para que identifiquen a sus pacientes y los atiendan, está la sociedad civil. Detrás del interés de incorporar los estudios al PIAS, con todo el esfuerzo que implicó unir a la academia ‑generar todos los expedientes para que trabajáramos para que se incorporaran al PIAS los estudios diagnóstico, que hoy resultan más caros que el propio tratamiento‑, también estuvo la sociedad civil. Detrás de las guías nacionales de hepatitis víricas en Uruguay, por las que tanto veníamos peleando, está la sociedad civil; veníamos desde hace mucho tiempo luchando por que se crearan. Esto es algo que todos los países de la región y de las Américas tienen. Ayer estuvimos reunidos con todas las organizaciones civiles latinoamericanas por la cumbre Internacional que involucra a la Alianza Mundial contra la Hepatitis y a la OPS, y tenemos la esperanza de poder decir que vamos a tenerlas, porque todavía no las tenemos.

Asimismo, quisiéramos plantear una serie de críticas. Queremos que se nos reciba en el Ministerio; queremos un ida y vuelta para lograr un trabajo conjunto. En cierta medida, hemos tenido algunas molestias; no hemos logrado esa unificación. Hace poco tuvimos un suceso: en plena elaboración de las guías nacionales, se nos convocó para colaborar desde la organización civil, y entregamos el material. Meses después, nos contactamos para ver cómo estaba la situación respecto a la elaboración de ese material tan importante para nosotros, y nos dijeron que las guías ya estaban prontas y que se iban a emitir. Pero ¿qué sucedió? Nosotros teníamos que pedir que se nos mostraran esas guías ‑habíamos presentado un párrafo, un material‑; teníamos que conocer el contexto como partícipes en esta elaboración, pero en primera instancia, en esa oportunidad se nos negó y tampoco tuvieron acceso otros partícipes de la actividad. Hoy no pudo estar con nosotros el doctor Tamosiunas, pero la cátedra de Farmacología, que era fundamental para la labor, tampoco pudo participar. De vuelta fue la sociedad civil la que tuvo que hacer el reclamo y pedir que las guías de hepatitis víricas se compartieran para que, entre todos, pudiéramos tener consenso, porque como sucede con el HIV, no existe una comisión para tratar estos temas.

Lo que nosotros planteamos es la creación de una suerte de comisión, de un ámbito en el que todos podamos intercambiar. Básicamente solicitamos la inmediata atención de las 3.930 personas infectadas, según la base de datos que hoy tiene el Ministerio de Salud Pública, que es del año 2008 a esta parte, pero consideramos que es mucho mayor. Eso como primera medida para frenar al avance de la progresión de la enfermedad y evitar la muerte de estos pacientes. Por otro lado, solicitamos la implementación de un programa nacional de hepatitis víricas que apunte al diagnóstico oportuno de la población general; la creación de una campaña de prevención y concientización, porque creemos que ahí hay otro derecho vulnerado. Nadie puede hacerse cargo de su salud, si no tiene conocimiento de lo que está ocurriendo. ¿Cómo un paciente que tiene hepatitis C se puede atender, si hace veinte años se le estaba diciendo que no había tratamiento y que tenía tiempo para esperar? Entonces, lo que queremos es una campaña de prevención y concientización que advierta a las personas portadoras del virus que hoy en día hay tratamiento, que se pueden curar, sobre todo a las personas que tienen coinfección, aunque es importante para todos los pacientes

También queremos la promoción de la participación y el apoyo económico de la sociedad civil, que viene con esta lucha de años y que no encuentra un ámbito de integración para todas las actividades que desarrollamos. Hemos desarrollado un sinnúmero de actividades, y creo que todos ustedes lo saben, porque tratamos de participarlos en todo lo que hacemos, les mostramos todos los esfuerzos que llevamos a cabo, y tratamos de encontrar recursos desde lo gubernamental y de los privados. Mucho de lo que está sucediendo hoy en día en Uruguay tiene que ver con compromisos de privados que han decidido, en vez de lucrar, no ganar tanto y tener la parte de responsabilidad social civil cubierta. Es un ejemplo. Nosotros tenemos la pretensión de que Uruguay sea el primer país de la región en erradicar las hepatitis; no sería algo muy descabellado ni tan loco. Simplemente, tendría que crearse una política nacional.

En toda esta cuestión vemos las promociones que puede significar una ley. Sabemos que las leyes que se promueven a nivel del Parlamento pueden significar un antes y un después. Entonces, buscamos la promoción de una ley nacional integral de ITS, en la que todas las ITS estén contempladas con iguales garantías.

Hace cuatro años tuvimos la oportunidad de participar de una cumbre mundial, como la que se va a dar ahora, en la que el principal reclamo era que los gobiernos le dieran a las hepatitis víricas la misma importancia que al HIV; es fundamental. Nosotros no tenemos nada en contra de los colectivos HIV; todo lo contrario. Es más, dentro de las personas asociadas a nuestra agrupación ‑y dentro de la propia directiva‑ hay compañeros que tienen HIV. Entonces, no lo decimos en contra del colectivo sino para sumar. Por todo esto, y como única garantía para los pacientes y como defensa de los intereses políticos de los gobiernos que estén de turno ‑porque los gobiernos van pasando y nosotros seguimos trasladando este problema‑, reclamamos que se investigue la causa de omisión de los deberes y obligaciones hacia los ciudadanos que tenemos este problema.

SEÑORA NÚÑEZ (Elaine).- En mi caso, estoy coinfectada con HIV hace veintinueve años. Soy exadicta en recuperación hace veinticuatro. Soy terapeuta en adicciones, maestra en reiki, coach del niño interior e investigadora del HIV y las hepatitis. Me convertí en eso, porque hace veintinueve años me dijeron que me iba a morir. Estoy con mi hija y con mi nieta afuera, mi hija está sana.

Soy una persona adherente al tratamiento de HIV; siempre hice todo. Mi hija no se contagió de hepatitis C. Por varias negligencias que hubo en el centro de salud, se me despertó hace ocho años la cirrosis, pero hay muchas cosas atrás. Ahora no es el momento de contarlo. Como decía, hace ocho años se me despertó la cirrosis, pero mi médico me dijo que no pasaba nada.

Yo no sé hablar y les explico por qué. He perdido trabajos y un montón de cosas, porque me pongo nerviosa por mi enfermedad. Si solo tuviera el virus de HIV ‑ya lo tengo negativo hace años‑ yo no tendría esto, pero a mí se me bloquea el cerebro, tengo problemas de memoria, y está científicamente comprobado que es por la hepatitis C, por eso lo que quiero explicar es el daño que nos hace psicológicamente. Hace ocho años me dijeron que me podía tomar una pastillita para la memoria, pero no se sabía los efectos colaterales. Bueno, yo ya tengo los efectos colaterales del HIV que me comió toda la grasa de los músculos y un montón de cosas más.

Hace ocho años, me traté en el Instituto de Higiene; me dijeron que no pasaba nada, que más adelante se vería. Fueron pasando los años, me contacté con ellos y me decían que me fuera del centro de salud, pero me lo explicaban sin contarme nada, como es su obligación. Yo quería quedarme en el Instituto porque hace veintinueve años que hablaba con mi médico. Mi médico me decía: "Ahora, no sé qué", pero nunca me derivaba. Entonces, yo decía: "Bueno, me voy para allá", y él me decía, "No; quedate acá". O sea, no había nada.

En un momento, me insistieron tanto que fui. Dije: "Bueno, voy a ir a la clínica del cuarto piso". Me cambié de clínica. Cuando llegué ahí fue un mundo diferente. Me mandaron a hacer todos los análisis para el transplante y me descubrieron, cuando llego al cuarto piso ‑por sugerencia de ellos‑, que ya tenía el carcinoma, del que por supuesto, el Instituto de Higiene, o sea mi médico, no tenía ni idea porque nunca me habían mandado a hacer ni resonancia, ni nada. Yo estoy bien porque hago caso; no me drogo, no como fritos hace veintipico de años, hago deportes, y un montón de cosas. Ahora me tuve que pasar reiki porque bajo esta presión de estar acá lo tengo hirviendo al hígado. ¡Hirviendo lo tengo!

En el Hospital de Clínicas, hasta determinado momento estaba todo bien, pero después fue lo mismo. Después fui al Pasteur, lo mismo. Ahora estoy esperando un remedio del Fondo Nacional de Recursos, de oncología, y tampoco. De esto hace un mes y medio y sé que no puedo exigirle al Estado que me lo dé ya, sé que demoran. A mí lo que me preocupa es lo anterior, que se me dejó, con todo el esfuerzo que hice para mantenerme limpia, para tener una hija sana. Tuve una hija antes que me la dejaron pasar en el Pereira Rossell, por ser portadora y estar en situación de calle, porque yo me drogaba, pero hace veinticuatro años que tengo una vida ejemplar, y ahora me dicen ‑hace unos meses‑ que me quedan dos meses de vida y yo me niego...

(La oradora se emociona)

SEÑOR PRESIDENTE.- Entiendo. Es muy fuerte su testimonio.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Yo quiero aclarar, con respecto al caso de Elaine, que queríamos que estuviera acá y que diera su testimonio a propósito, porque nosotros ayudamos a todas las personas que se acercan a la Asociación a transcurrir y lograr tratarse.

Al principio era más difícil. Ahora, a medida que vamos generando red con los médicos en las distintas mutualistas, algunos médicos ya están en conocimiento y se han hecho muy empáticos. De repente viene un paciente de Casmu o de La Española y le decimos: "Andá y hablá con fulanito", y fulanito ya lo ayuda. Los podemos ir derivando y todos se van tratando. Tenemos un grupo de WhatsApp gigante y es fantástico cuando escuchamos: "Ya me curé; me dieron el resultado, ya estoy tratado; logré curarme". Nadie se va del grupo, todo el mundo se quiere quedar porque ayudan a otros que vienen atrás. Pero también tenemos estos problemas, estas situaciones cuando vienen estos pacientes y Elaine no es el único caso. A lo largo de estos años hemos tenido la misma situación en forma repetida, durante varias oportunidades, cuando llega una persona a la que en vez de indicarle el tratamiento, la dejan esperar y llega un momento en que aparece que tiene una cirrosis hepática.

El caso de Elaine fue grave porque permitieron que transcurriera ocho años con cirrosis hepática ‑eso bajo ningún concepto podía suceder porque la medicación ya estaba en el país en el año 2016‑, habiendo una medicación que la podía tratar, curar ‑un elemento importante‑ y revertir la cirrosis. Sin embargo, ella ‑por todo ese tema que tienen muchos pacientes infectados con HIV‑ no se quería ir de su centro de referencia, porque tenía un médico con el cual tenía confianza, porque tienen miedo de enfrentarse a otros lugares, a otros policlínicos. Le insistimos de tal manera que se cambió de policlínico y lamentamos en el alma cuando nos informan, en el policlínico al que la habíamos logrado derivar, que tenía un hepatocarcinoma que no es transplantable en el caso de Elaine, porque todos los pacientes cuando tienen un hepatocarcinoma pasan por una evaluación. Entonces, en este momento se encuentra en tratamiento oncológico.

Esto vendría a ser en forma sucinta el relato de lo que está viviendo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Entiendo que es gravísimo, por supuesto, pero lo que yo veo acá, claramente, es que hubo una negligencia fuerte. En particular, en este caso, tremendamente.

SEÑORA NÚÑEZ (Elaine).- Yo soy indetectable hace muchos años, pero quería llegar a una cantidad de defensas para poder estar bien y poder estar adherida al nuevo tratamiento. Yo hace tres años que no tengo pareja, porque ¿cómo le voy a explicar a alguien esto? Me ha complicado en todo.

SEÑORA REPRESENTANTE FAJARDO RIEIRO (María).- Tranquila: que el estar con nosotros no te estrese. Sentite cómoda y por favor despojate de todo lo malo que capaz pensás que podemos pensar de vos. Nada; tranquila, que entendemos.

Lo que le estaba diciendo por lo bajo al presidente es que, capaz, nosotros podemos hacer de nexo con el Ministerio.

SEÑOR PRESIDENTE.- Por supuesto. Creo que lo primero que corresponde es citar a la Comisión a las autoridades del Ministerio por este tema, más allá de otro tipo de gestiones que se puedan hacer. En principio, vamos a citar a las autoridades del Ministerio competentes en este tema, para que nos den su versión y, por supuesto, trasmitirles la problemática y la preocupación.

SEÑORA REPRESENTANTE FAJARDO RIEIRO (María).- Quizás cualquiera de nosotros podríamos estar llamándolos a ustedes por alguna pregunta que tengamos que hacerles. ¿De acuerdo?

SEÑORA NÚÑEZ (Elaine).- Sí; a las órdenes.

SEÑOR TORRES (Adán).- Yo creo que tanto Victoria como Elaine han sido muy claras en lo que han explicado.

Eso de llamar al ministro a la Comisión era parte de lo que nosotros veníamos a solicitar acá. Hablando con el diputado Amigo en el día de ayer le planteamos exactamente lo mismo, pero queríamos saber si nosotros podíamos estar presentes. Por ejemplo, a nosotros nos llaman ahora del Ministerio y lo que nos pueda responder el ministro va a quedar en un ámbito cerrado, que va a ser entre ellos y nosotros, y quizás sea un rezongo más que una solución como sucedió la vez anterior, hace nueve meses, después de que estuvimos acá.

La situación a mí ya me está preocupando mucho. Yo leía ayer un reportaje en el diario El País al ministro Salinas de lo que estuvo hablando en la OMS, creo que fue en Ginebra, si no me equivoco. El doctor habla de que le va a hacer frente, entre otras cosas, al VIH, a la malaria y a la tuberculosis, como objetivo de enfrentar a las enfermedades trasmisibles, cuando nosotros sabemos que estas tres enfermedades juntas no matan más que la hepatitis C. La hepatitis C mata más que estas tres enfermedades juntas, y cuando hablamos de hepatitis C y hepatitis B me genera preocupación. Además, me genera más preocupación que se quiera candidatear a dirigir la OPS, pero no porque no tenga capacidad ‑vamos a entendernos‑, sino porque la OPS trabaja con la sociedad civil, en alianza. El ministro ni nos recibe. Entonces, ¿qué va a ir a hacer a la OPS? ¿A no tratar con la sociedad civil? El buque insignia de la OPS es erradicar la hepatitis C para el 2030. De acuerdo a cómo estamos andando hoy en día con la hepatitis C en Uruguay, quizás en cien años la podamos erradicar. O sea que estamos totalmente alejados de lo que solicita la OPS, y el ministro se quiere candidatear. Bueno, está bien. Yo creo que capacidad tiene, pero primero que atienda lo que hay acá en Uruguay.

En Uruguay tenemos un problema grande, pero no porque no se tengan las herramientas. Las herramientas sí se tienen; se tienen medicamentos de bajo precio, un test de diagnóstico de bajo precio. ¿Por qué no se arranca? Pues, no sabemos. Es una de las grandes preguntas que quisiéramos trasmitirle a este Ministerio.

Puedo dar unos números: hoy por hoy el precio del medicamento en Uruguay está a $ 22.000; si tratamos casi a los 4.000 pacientes de los que habla Victoria, nos costaría unos $ 77.000.000. Si esto hubiera sido durante los años 2016, 2017, 2018...

SEÑOR PRESIDENTE.- Menos de US$ 2.000.000.

SEÑOR TORRES (Adán).- Sí.

Antes de que nosotros hiciéramos todo el trabajo, hablamos de $ 1.715.000.000.

(Interrupciones)

--Y antes de esa fecha $ 4.357.000.000. O sea que estamos hablando de que se redujo en $ 133.000.000 lo que se necesita para tratar a los pacientes detectados. Y si nos vamos a hablar de los 20.000 pacientes que están por detectar, con los precios actuales que se podría llegar a tener, estaríamos hablando de $ 240.000.000; unas 25.000 personas a tratar. Si tuviéramos que tratarlas antes del trabajo de nuestra sociedad civil, estaríamos hablando de $ 24.900.000.000. O sea, hay una gran diferencia a la baja.

(Interrupciones.- Diálogos)

--Si se mantuviera lo que en los años 2017 y 2018 se tenía en el Fondo Nacional de Recursos como presupuesto, en ocho años erradicamos la hepatitis C, a tiempo para 2030. Eran US$ 800.000 por año. Hoy en día el Fondo no tiene ni siquiera US$ 80.000 de presupuesto. O sea, las herramientas están, el dinero estaba. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué lo han sacado? ¿Por qué no se está haciendo nada? Todas estas son las preguntas que queremos trasmitirle al ministro.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- En particular, nosotros tenemos este interés de poder participar activamente de este tipo de acciones que se puedan llevar por parte del Ministerio.Nosotros entendemos que en el armado de un programa de hepatitis vírica pueden confluir intereses, como ocurre en todos los ámbitos, de distintas personas que pueden ser médicos, académicos; y a veces uno no está tan de acuerdo con determinados intereses que pueden proponer algunos médicos, cuando de repente traen iniciativas del exterior o propuestas que nosotros, con las herramientas que tenemos en el Uruguay, perfectamente podríamos abordar. Teniendo en cuenta que tuvimos la capacidad de afrontar el covid, como lo hicimos con un equipo de científicos que tenemos en Uruguay, nos cuesta mucho tener que entregar nuestros datos al exterior para que otro de afuera decida cómo nuestro país tiene que hacer sus políticas de erradicación de hepatitis C, y eso son algunos elementos que se están manejando en este momento a nivel del Ministerio. En vez de abocarse a la creación de una comisión ‑conformada por quienes están en esta materia desde hace tanto tiempo: hay médicos que se han involucrado en esto desde hace mucho‑, en vez de tratar de cerrar ese equipo, se están trayendo una suerte de ideas de programas que vienen del exterior y eso nos preocupa.

Nosotros estamos defendiendo un bien y un derecho que ha quedado consagrado para los pacientes. A nuestros pacientes más vulnerados los tenemos que defender a capa y espada. Porque atrás de determinados tipos de programas, vienen intereses económicos extranjeros, entonces, tenemos una suerte de desconfianza.

SEÑOR TORRES (Adán).- Le estamos abriendo la puerta a las multinacionales para que vengan a hacer lo mismo que hicieron durante tantos años. Por ejemplo, en el trabajo que hemos realizado, tratando de juntar los datos sobre los pacientes con hepatitis C, hemos hecho una serie de preguntas a través de la Agesic a los diferentes organismos del Estado, sin tener la contestación exacta o completa, porque siempre te la dan de a pedacitos, pero ahora parece que desde el Ministerio de Salud Pública se está tratando de llevar adelante un proyecto que incluye eso: ir a buscar esos datos. Ahora, una vez obtenidos, son mandados al exterior para que una organización financiada por las multinacionales haga un estudio y le diga al gobierno uruguayo lo que "tendría que hacer" ‑entre comillas‑, cuando en realidad, como decía Victoria, nosotros tenemos demasiados profesionales capaces de llevar adelante un estudio epidemiológico para que todo esto se resuelva rápidamente aquí, porque si no tendríamos que estar esperando por lo menos un año más, con la consecuencia que se dijo: doscientos cincuenta muertos más al año, como mínimo, más los que van a morir por consecuencia de ese año sin acciones. No es que te mueras hoy, sino que a partir de hoy quizás empieces a entrar en una etapa de no retroceso, y eso es lo que queremos evitar. Queremos avanzar directamente con lo que ya tenemos, tratar a los pacientes detectados y pasar ‑como lo estamos haciendo con el gobierno de Canelones y con algún otro gobierno departamental más‑, al inicio de las campañas de detección para encontrar a esa cantidad de pacientes que ya están apareciendo, por suerte, y ponerlos al alcance del tratamiento; creo que eso es lo puntual y lo urgente y no las promesas a futuro a uno o dos años, porque se van a generar más muertes todavía.

SEÑOR PRESIDENTE.- Coincido en que aquí lo principal es que el tratamiento llegue al paciente. Esa es la ecuación primera, todas las demás interrogantes y preguntas y los demás porqué se van a explicar: vamos a pedir, vamos a solicitar respuestas. Pero lo primero ‑creo que todos tienen que estar de acuerdo: al principio lo había comentado‑ es que no hay dudas de que el tratamiento y la medicación ‑el Ministerio sabe fehacientemente de lo que estamos hablando‑ es el mismo, es uno solo, eso es clarísimo. Entonces, la idea es que el tratamiento llegue al paciente, evitando todas esas idas por los costados, demoras, etcétera.

SEÑORA VARELA (Judith).- Agradecemos que nos hayan escuchado.

Soy amiga personal de Elaine y de Victoria, y a raíz de eso, conocí la Asociación; además, tengo familiares que fallecieron de esto. Por eso es que me involucré y voluntariamente estoy haciendo esta tarea. Soy adjunta de Mónica Bottero, del Instituto Nacional de las Mujeres, y vamos a empezar a hacer en los refugios de mujeres los test de bajo costo, para ir ayudando al Ministerio de Salud Pública y al gobierno.

Me parece muy importante lo que se dijo con respecto a que ustedes tengan el contacto con el Ministerio de Salud Pública, aunque lo hemos tenido en varias oportunidades, pero no llegamos al fin. Yo recién hace dos años que estoy involucrada con ellos y trato de interiorizarme, porque me interesa tanto Elaine como todos.

En definitiva, si ustedes hacen ese esfuerzo nos ayudaría muchísimo el contacto con el Ministerio de Salud Pública, máxime cuando ahora se acerca la cumbre en el tema, y es totalmente importante que el Ministerio participe; también les va a llegar la invitación a todos los legisladores de las Comisiones de Derechos Humanos y de Salud Pública. Victoria Izquierdo, la principal de la Asociación, va a ser la exponente en la cumbre.

Muchas gracias.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- Hicimos el esfuerzo que les llegara la invitación por parte de nosotros, porque la organización del evento no tiene la información de todos los correos, pero estábamos interesados que les llegara a todos las características de estos eventos que se hacen a nivel internacional, que son uno cada cuatro años, en los que participan Estados, gobiernos, ministerios, sociedades científicas; se lleva toda la información de lo último que hay sobre la materia; se muestran los países que tienen todos sus planes avanzados y cuáles erradicaron la enfermedad, como España, Georgia. En fin, todos los grandes avances que se han hecho a nivel internacional se vuelcan allí, se exponen todas las últimas tecnologías, lo que hay en la materia, lo que existe y lo que no existe.

Hicimos fundamental hincapié estos días con los organizadores de la actividad para que se contactaran con el Ministerio de Salud Pública para invitarlo. Ayer, nos comentaron que iba a participar una médica, que se acaba de agregar en el área de ITS, la doctora Victoria Mainardi. Apuntábamos un poquito más arriba, pero eso es lo que se nos informó ayer; nos quedamos un poco desolados de no tener un acompañamiento más a la altura de las circunstancias.

SEÑORA NÚÑEZ (Elaine).- Agradezco la oportunidad de venir a plantear esto. No lo hablé con ellos, pero yo estoy desocupada y me ofrezco como tallerista, o lo que sea, porque más que la experiencia vivencial ‑ahora me vengo a enterar por lo que dijo Judith‑ estaría bueno compartir momentos, al menos, por el tiempo que me quede.

Muchas gracias.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sería un gusto.

¿Ustedes estuvieron por la Comisión de Salud Pública?

SEÑOR TORRES (Adán).- En lo que va de este gobierno, no. En el gobierno anterior, sí; tuvimos reuniones con quien era la presidenta, la diputada Pérez Bonavita, quien quedó en trasladarle algunas inquietudes al ministro. Sé que se las trasladó, pero no hemos tenido grandes respuestas y tampoco hemos sido convocados a la Comisión.

SEÑORA IZQUIERDO (Victoria).- En la Comisión de Salud Pública participamos en el año 2017, donde hicimos exactamente estos mismos reclamos. En esa época, el reclamo era porque el medicamento era de alto costo. O sea, avanzamos mucho, pero hasta ahora no hemos vuelto a ser convocados, como dijo el compañero Adán; sí tuvimos reuniones con la presidenta y quedamos a la espera de que se nos llame.

SEÑOR REPRESENTANTE AMIGO DÍAZ (Óscar).- Saludo a la delegación; a algunos los conozco, y ya hemos estado hablando.

Quiero saludar especialmente a Elaine y decirle que acá somos diez, once, doce personas que estamos hablando, y a toda la parafernalia hay que dejarla afuera, porque lo importante es lo que se dice acá y los contenidos. Somos diez personas tratando de ponernos de acuerdo en cómo seguir con este tema y las cosas importantes, en realidad, las trajeron ustedes, y vos en particular, así que, tranquila: no hay más que diez personas hablando aquí, sin ningún problema.

SEÑORA NÚÑEZ (Elaine).- Yo tengo una pregunta, desde hace años, porque soy portadora de HIV y tengo una pensión de $ 13.000; tengo hepatitis C

(La oradora se emociona)

--Estoy desesperada.

Y lo que me está haciendo mal a mí, es la hepatitis C. Como portadora de HIV yo estaría bárbara; tengo a mi exmarido y a un montón de gente que están bárbaros, pero a mí me vinieron unos episodios de ... que me quedo ... y es por la hepatitis C.

SEÑOR REPRESENTANTE AMIGO DÍAZ (Óscar).- Sí, entiendo: y la prestación que viene con la atención que debería contemplar eso, en particular.

Yendo a lo general, nosotros acá tenemos un enfoque de derechos humanos, que es desde donde partimos; y la atención de la salud, en todas sus manifestaciones, es un derecho humano fundamental, así que desde ese lugar atendemos estas situaciones

Creo que esto tiene que ver con la implementación de una política pública que, como todo en la vida de las sociedades, tiene que evolucionar en la medida que los problemas y sus soluciones se empiezan a incorporar. En este caso, lo que ustedes señalaban desde el punto de vista de la historia de estos años recientes, implica por un lado, la llegada del medicamento que cura la enfermedad, como un mojón fundamental ‑de esto hace pocos años‑, el tema de los test rápidos y la posibilidad de los tratamientos que se generan en virtud de todo esto.

Entonces, se ha venido subiendo escalones. Es muy importante repasar la actividad, el trabajo que ha hecho la organización, la institución como tal. Ustedes se ocupan de dar énfasis e importancia ‑y creo que la tiene‑ al hecho de que una organización social, en definitiva, haya marcado el camino para distintas cosas, que haya trabajado tanto a nivel internacional como nacional haciendo contactos, allanando caminos para la llegada del medicamento. En fin, son cosas tremendamente importantes. También hay que tener en cuenta cuánto han bajado los costos en virtud de esto para tener el acceso que tiene que ver con el ejercicio del derecho. Si no tenemos acceso ‑y ahí entra el papel del Estado y de las políticas públicas‑ el ejercicio del derecho no se pueden dar; así que desde ese lugar, yo creo que hay que darle la importancia que tiene.

¿En qué estamos ahora? Creo que esto es un poco lo que ustedes señalaban. En la masificación del tratamiento, la facilitación del tratamiento desde el punto de vista universal, que es lo que se supone que debe existir.

En la charla que tuvimos con ellos, señalaban que en otros países son los médicos de policlínica quienes están indicando este medicamento y me parece que es un dato importante. Parece que acá hay que pasar por una serie de decisiones a nivel de una alta especialidad, para un tratamiento que en otros países se está implementando de otra manera. Creo que desde ese lugar tenemos que pararnos sobre la implementación de la política pública: qué es lo que va a pasar con esto.

En tren de plantear prioridades, evidentemente, la atención a los enfermos que se han notificado al día de hoy, ese grupo de casi cuatro mil uruguayos, compatriotas y uruguayas, es lo primero que tenemos que atender para ver de qué manera nos manejamos.

Hay un universo un poco más grande, un nivel un poco más importante de quienes, no habiendo sido oficialmente notificada la enfermedad, se prevé que puedan estar infectados, están en algún nivel de la enfermedad o en el tratamiento.

Para nosotros es importante la posibilidad de la detección precoz de la enfermedad. Ustedes señalaban como ejemplo a la Intendencia de Canelones, que ya lo está habilitando, y nos corresponden las generales de la ley, por ser representantes nacionales de ese departamento. Nos parece que es un signo de atención, que se debería multiplicar, sobre todo, en el Ministerio de Salud Pública, como ente rector de las políticas públicas en este país y ASSE, en particular, como efector del Estado que debe generar las garantías en la llegada, atención y difusión de los tratamientos.

Aquí hay todo un panorama que tiene que ver con la elaboración de una política pública. Nosotros tenemos que interceder y trabajar sobre eso, con las dificultades que encontremos. En todos lados encontramos dificultades y sabemos ‑ustedes lo graficaban claramente‑ que acá hay intereses diversos, inclusive por parte de aquellos que tienen aporte de orden económico. En fin, hay intereses económicos que juegan fuerte. Yo creo que es el mundo en el que vivimos y nadie se puede asustar por eso. Esas cosas ocurren, pero aquí hay un derecho fundamental, que se está expresando: el derecho a la salud de uruguayos y uruguayas que están enfermos ‑o puedan estarlo‑, y la posibilidad de curarlos realmente. Por ejemplo, en otras infecciones ‑como ustedes decían‑ no aparecen, pero en este caso tenemos acceso a los medicamentos ya a bajo costo.

Hay un panorama complejo por lo que se ha venido dando, y es necesario discutirlo y tomar cartas en el asunto. En ese sentido, la Comisión y el Parlamento son los ámbitos adecuados.Yo creo que aquí tiene que construirse una política pública que no pase por intereses partidarios. En ese sentido, es importante que los legisladores de la coalición de gobierno hayan planteado de entrada llamar a las autoridades de la salud; me parece interesante el aporte que hacen en ese marco.

Desde ese lugar, tenemos toda la intención de avanzar en este tema. Creo que está bien planteado; se ha hecho un estudio serio; nos trajeron datos; una experiencia de hace años ‑vale la pena que conste en la versión taquigráfica‑, y los testimonios de personas que están siendo afectadas por esto y que han tenido consecuencias por la acción u omisión de las instituciones que nos representan a todos nosotros.

Creo que es un panorama bien serio para trabajar. Ponernos a trabajar es lo que debemos hacer; y ese compromiso también lo vamos a plantear en la bancada. Para el Frente Amplio este es un tema importante, más allá de las responsabilidades que ‑yo creo- hay que hacer notar que vienen de lejos y nos involucran también, cuando fuimos gobierno.

SEÑOR TORRES (Adán).- Estoy totalmente de acuerdo con el diputado.

Acá se trata de salvar vidas, más allá de que sean blancos, colorados, frenteamplistas o lo que sea: los afectados son de todos los partidos; no hay más de uno que de otros. Entonces, este tiene que ser el momento de resolver el problema de las hepatitis virales que llevan muchos años sin ser atendidas. Esperemos que con la fuerza que está viniendo ahora logremos el objetivo.

SEÑOR PRESIDENTE.- Coincido con el diputado Amigo en cuanto a que este tema es extremadamente serio. Estoy seguro de que gran parte ‑o todo‑ de lo que ustedes expresaron acá, ya es de conocimiento de las autoridades actuales del Ministerio, así como de las anteriores, y vaya a saberse desde cuánto tiempo atrás.

Lo principal es que el tratamiento llegue al paciente; eso es lo que hay que buscar, más allá de cualquier partido político e ideología. Eso es absolutamente ajeno a lo que, para mí concepto y el del de todos quienes estamos aquí, son los derechos humanos. Los derechos humanos no tienen color político ni partido; por lo menos, no deberían tenerlo.

La gran pregunta es: ¿Qué es lo que realmente pasa? Lo vamos a tratar de averiguar para poder allanar el camino y para que la medicación y el tratamiento lleguen al paciente, que es el objetivo; y en eso nos comprometemos.

Les agradezco muchísimo la presencia y por supuesto que pueden contar con nosotros. Coordinaremos otras instancias para confrontar ‑lo digo en el buen sentido‑ y llegar a una solución, que es lo que queremos todos.

Los apoyamos ciento por ciento en esto.

(Se retira la delegación de la Asociación Comunidad Hepatitis C Uruguay)